Vecinos afectados por un proyecto del 22@ temen no poder pagar las nuevas viviendas que se les adjudiquen

Un grupo de vecinos del barrio barcelonés del Poblenou afectados por un proyecto del 22@ (una zona de desarrollo de industrias de nuevas tecnologías) temen que las indemnizaciones que les ofrecieron en su día por sus viviendas de planta baja o fincas de poca altura no alcancen para acceder a los pisos nuevos que les serán adjudicados en la torre de 14 plantas que se levantará en el cruce entre las calles de Pujades y Selva de Mar.

La treintena de damnificados de las calles de Llull, Pujades y Llevant están negociando con la inmobiliaria Servi Habitat XXI la calidad de los acabados y tem...

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Un grupo de vecinos del barrio barcelonés del Poblenou afectados por un proyecto del 22@ (una zona de desarrollo de industrias de nuevas tecnologías) temen que las indemnizaciones que les ofrecieron en su día por sus viviendas de planta baja o fincas de poca altura no alcancen para acceder a los pisos nuevos que les serán adjudicados en la torre de 14 plantas que se levantará en el cruce entre las calles de Pujades y Selva de Mar.

La treintena de damnificados de las calles de Llull, Pujades y Llevant están negociando con la inmobiliaria Servi Habitat XXI la calidad de los acabados y temen que la repercusión de los espacios comunes encarezca demasiado el precio de los pisos y reduzca la superficie útil.

La preocupación del colectivo de afectados del Poblenou se centra en que, conforme avanzan las negociaciones con la inmobiliaria, crece el riesgo de endeudarse. Inicialmente, vecinos, en su mayoría propietarios, e inquilinos pactaron con el Ayuntamiento de Barcelona que se realizaría una especie de permuta por la que a cambio de la vivienda antigua expropiada se les adjudicaría un piso nuevo de dimensiones similares. Lo que no esperaban es que las características del nuevo inmueble implicarían que la superficie de los espacios comunes fuera tan elevada. Por ejemplo: un piso de 150 metros cuadrados edificados puede quedar reducido a 95 metros cuadrados útiles, una ratio que los vecinos tachan de "desproporcionada".

El concejal socialista Francesc Narváez restó ayer importancia a las criticas vecinales toda vez que, según señaló, el colectivo tiene garantizados sus derechos porque están representados por la sociedad que gestiona los proyectos del 22@. Lo que se están negociando ahora son los acabados.

En respuesta a las quejas de algunos vecinos de que el Ayuntamiento se desentiende y les remite a la constructora de La Caixa, Narváez señaló que no se ajustan a la realidad ya que la sociedad 22@ les apoya; lo que ocurre, añadió, es que los aspectos que se están tratando actualmente competen a la inmobiliaria.

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