La Agencia del Agua tiene una deuda de 870 millones

La Agencia Catalana del Agua (ACA), empresa pública que depende del Departamento de Medio Ambiente, tiene una deuda de 870 millones de euros. Un total de 838 millones corresponden a la deuda bancaria a medio y largo plazo. Este año, la ACA pagará 32 millones sólo por los intereses de estos créditos. La situación de la empresa, dijo ayer en el Parlament el consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, es de "crisis total", porque los ingresos previstos, que proceden del canon del agua, no cubren ni siquiera el funcionamiento de la entidad. Además, tiene hipotecado el presupuesto hasta 2007 porque...

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La Agencia Catalana del Agua (ACA), empresa pública que depende del Departamento de Medio Ambiente, tiene una deuda de 870 millones de euros. Un total de 838 millones corresponden a la deuda bancaria a medio y largo plazo. Este año, la ACA pagará 32 millones sólo por los intereses de estos créditos. La situación de la empresa, dijo ayer en el Parlament el consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, es de "crisis total", porque los ingresos previstos, que proceden del canon del agua, no cubren ni siquiera el funcionamiento de la entidad. Además, tiene hipotecado el presupuesto hasta 2007 porque el anterior equipo comprometió obras sin dotación presupuestaria. El año 2003 lo cerró con 78 millones de déficit, 58 por contabilizar incobrables de años anteriores.El 19 de enero de 2003, el entonces consejero de Medio Ambiente, Ramon Espadaler, puso la primera piedra de unas obras de distribución de agua en Rubió (Anoia). Hasta hoy, nadie ha hecho nada más, ni está previsto hacerlo hasta el año 2006. Milà puso ayer esta actuación como ejemplo de la forma de proceder de CiU. Respondía a una pregunta del propio Espadaler, que empezó arrogante pero acabó arrugado tras la somanta dialéctica que le propinó el consejero.

Milà se limitó a dar datos: están comprometidas inversiones hasta el año 2006 por un importe de 397 millones de euro; para 257 millones de ellos no hay prevista partida alguna, y se firmaron convenios que contemplan aportación económica y que ni siquiera fueron registrados. Un ejemplo: una obra con un importe previsto de 300.000 euros dispone de una partida de sólo 10.024 euros.

Además, dijo Milà, no se hacía apenas mantenimiento de las instalaciones, y todavía menos reposición. En algunas poblaciones se financiaba el 50% de las obras, pero en otras la ACA aportaba el 80% e incluso el 100%. La situación de tesorería está bajo mínimos y la empresa ha tenido que recurrir a créditos a corto plazo (no contabilizados en la citada deuda de 870 millones de euros). Este año, estos créditos suman 80 millones y se utilizan para pagar el funcionamiento diario porque con los ingresos no basta, y esto es así desde 2001. Para colmo, Hacienda ha abierto un expediente a la ACA sobre las deducciones del IVA.

Salvador Milà, tras reprochar las alegrías contables de CiU, aseguró que no piensa paralizar ninguna obra, aunque sí aplazar el inicio de algunas porque de lo contrario habría que contraer deudas para pagarlas y antes, aseguró, hay que buscar una solución para disponer del dinero. El próximo 17 de junio, dijo, presentará en el Parlament un plan que modifica lo hecho y que propone un pacto en materia de agua que no lleve a la ACA al desastre financiero, porque ahora, afirmó, no es que tenga deudas, es que tiene tantas que carece de capacidad para contraer más.

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