Colegios en el barrio

Me aproximo a esa actitud de talante educativo como madre primeriza e ingenua que hace una prescripción a su hija de tres años en el colegio público CEIP La Dehesilla, de Sanlúcar de Barrameda, que dista poco más de 50 metros de mi domicilio, en un barrio en que mi hija ha nacido, tiene sus amigos, su ambiente y se puede dar el lujazo de ir andando al colegio. Pues bien, el día 10 de mayo recibo perpleja la noticia de que ella y diecisieste niños más de la zona, tienen problemas para entrar en el colegio. Se nos insta a asistir el día 19 de mayo a un sorteo mediante el cual entrarán once niños...

Me aproximo a esa actitud de talante educativo como madre primeriza e ingenua que hace una prescripción a su hija de tres años en el colegio público CEIP La Dehesilla, de Sanlúcar de Barrameda, que dista poco más de 50 metros de mi domicilio, en un barrio en que mi hija ha nacido, tiene sus amigos, su ambiente y se puede dar el lujazo de ir andando al colegio. Pues bien, el día 10 de mayo recibo perpleja la noticia de que ella y diecisieste niños más de la zona, tienen problemas para entrar en el colegio. Se nos insta a asistir el día 19 de mayo a un sorteo mediante el cual entrarán once niños y quedarán, definitivamente fuera, siete.

¡No me lo creo ! Es irracional e injusto que no puedan entrar en un colegio que ven desde sus casas, y que se les condenen a iniciar su periplo escolar en colegios distantes de sus viviendas, que se les condenen a madrugones, a transporte en coche, y a desarraigo de sus amigos del barrio. Es indignante que la Consejeria de Educación de la Junta no ponga en marcha los mecanismos necesarios para evitar que cualquier niño quede fuera del colegio de su entorno; y que primen la razón y sensibilidad social, fundamentales e imprescincibles en la política de izquierdas, y en la actitud de talante que últimamente tanto escuchamos.