Tribuna:

Otra oportunidad perdida

El transcurso del tiempo, las intrigas políticas y el triunfo del PSOE en las recientes elecciones del Estado Español devuelven a la dirección del IVAM a la persona que ya lo intentó y no lo consiguió en 1995.

Queda demostrada, una vez más, con este nombramiento la manipulación que el poder político ejerce sobre la cultura en general y en concreto sobre las direcciones de los museos en nuestro país. Una vez más, el poder político por obra y gracia de la dependencia que de él tienen las direcciones de los museos provoca un cambio en la dirección de uno muy apreciado en otras épocas, el I...

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El transcurso del tiempo, las intrigas políticas y el triunfo del PSOE en las recientes elecciones del Estado Español devuelven a la dirección del IVAM a la persona que ya lo intentó y no lo consiguió en 1995.

Queda demostrada, una vez más, con este nombramiento la manipulación que el poder político ejerce sobre la cultura en general y en concreto sobre las direcciones de los museos en nuestro país. Una vez más, el poder político por obra y gracia de la dependencia que de él tienen las direcciones de los museos provoca un cambio en la dirección de uno muy apreciado en otras épocas, el IVAM. Pero no olvidemos que está reciente el cambio, por idénticos motivos, del CASA de Salamanca, el Patio Herreriano de Valladolid, el EACC de Castellón y el Reina Sofía de Madrid y no por más frecuente se puede considerar una práctica normal.

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La presente situación que provoca el PP en el IVAM es inaceptable por parte de los colectivos relacionados con el mundo del arte y la cultura y como ciudadanos hemos de hacer oír nuestra voz, como ya se hizo en 1995 cuando se pretendió nombrar a Consuelo Ciscar directora del IVAM. Si después de la etapa de Kosme de Barañano consideramos esta opción como "mal menor" es que, debido a nuestra mediocridad, no seremos capaces de forzar una alternativa más digna.

No la legitiman los tapados que llegan tras su estela. Ella ya ha demostrado en demasía cuáles son sus intereses, su forma de actuar, cuál es su control sobre los dineros públicos, cuáles son los resultados al final de su periodo al frente del departamento de cultura, nada de nada. Por ello no debemos avalar este nombramiento y porque además todas las razones que se pusieron sobre la mesa en 1995 están vigentes y continúan siendo válidas.

La presente situación no responde a criterios artísticos o de gestión, deriva del ajuste de cuentas entre los señores Zaplana y Camps y, además de otras consecuencias en los ámbitos del poder institucional y político, tiene ramificaciones como el caso que nos afecta.

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Las direcciones de los museos deben ser totalmente independientes del poder político, los criterios que deben primar son los profesionales frente a los políticos o el pago de deudas extrañas. A la dirección de los museos se debe llegar mediante la selección por comités independientes y compuestos por profesionales que elegirán al mejor o a la mejor de entre los candidatos o candidatas por un periodo fijo de tiempo y presupuesto fijado con antelación. Con este sistema nos garantizamos un cierto grado de autonomía de la dirección y unos programas que incluso en el supuesto de no estar de acuerdo con ellos sabemos que tienen fecha de renovación.

Pep Benlloch es profesor de la Facultad de Bellas Artes y galerista.

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