OPINIÓN DEL LECTOR

Clientelismo de Esperanza Oña

El pasado viernes 7 de mayo, EL PAÍS Andalucía informaba de que Javier Arenas culminaba la reorganización del Partido Popular en Andalucía eligiendo, entre otros, a la actual alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, como vicesecretaria de Política de Igualdad de Oportunidades y Violencia Doméstica, con objeto de dar a dicha alcaldesa más protagonismo político en el ámbito autonómico.

He de reconocer que dicho nombramiento no ha dejado de sorprenderme, pues durante los últimos años, los gobiernos municipales presididos por la señora Oña han utilizado, al menos en algunas ocasiones, su res...

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El pasado viernes 7 de mayo, EL PAÍS Andalucía informaba de que Javier Arenas culminaba la reorganización del Partido Popular en Andalucía eligiendo, entre otros, a la actual alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, como vicesecretaria de Política de Igualdad de Oportunidades y Violencia Doméstica, con objeto de dar a dicha alcaldesa más protagonismo político en el ámbito autonómico.

He de reconocer que dicho nombramiento no ha dejado de sorprenderme, pues durante los últimos años, los gobiernos municipales presididos por la señora Oña han utilizado, al menos en algunas ocasiones, su responsabilidad para colocar "a dedo" en distintas dependencias municipales a amigos y correligionarios, en lo que a todas luces no sólo es ilegal sino que contrasta con el cargo para el que ha sido elegida. Así premió los buenos servicios de una de sus concejales con un contrato digital en el Ayuntamiento al día siguiente de su dimisión e igual deferencia han recibido otros allegados políticos que han prestado sus servicios como militantes, interventores electorales e, incluso, alguno ha habido con el título de "hijo de candidato municipal".

Resultado de esta generosa labor de clientelismo político es la actual imputación que pesa sobre sus dos últimos concejales de Personal por presunto delito de prevaricación y cuatro recursos contenciosos administrativos, amén de numerosos recursos de alzada que la señora alcaldesa Oña, a despecho de su obligación legal, no se ha dignado resolver.

Ésta ha sido la contribución en pro de la igualdad de oportunidades de los últimos equipos de gobierno dirigidos por Esperanza Oña en Fuengirola, además de unos bonitos murales que, contradiciendo su reiterada conducta, adornan una de las zonas más céntricas de la ciudad. Aunque es posible que ese peculiar concepto de igualdad sea también el defendido por el señor Arenas -de quien me consta que conoce estos hechos- y pretenda extender su práctica en toda Andalucía.

Si lo que pretende el PP de Andalucía, con la incorporación de la señora Oña a una vicesecretaría de tal contenido, es ganar credibilidad ante la ciudadanía, seguro que por ese camino no lo va a conseguir.

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