OPINIÓN DEL LECTOR

Le aplaudimos, señor fiscal

Fue con desánimo, tristeza y preocupación que leí el artículo de EL PAÍS Madrid, el sábado 8 de mayo, referente a la memoria de la fiscalía, presentada por el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, el día anterior. Veo confirmada la hipótesis de que caminamos hacia una justicia punitiva y castigadora en detrimento de acciones preventivas que pueden no sólo ayudar a resolver eficazmente el problema político y electoral de la inseguridad ciudadana, sino -y mucho más importante que lo anterior- ayudar a reducir el número de víctimas y las consecuencias que cada acto delictivo conlleva.

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Fue con desánimo, tristeza y preocupación que leí el artículo de EL PAÍS Madrid, el sábado 8 de mayo, referente a la memoria de la fiscalía, presentada por el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, el día anterior. Veo confirmada la hipótesis de que caminamos hacia una justicia punitiva y castigadora en detrimento de acciones preventivas que pueden no sólo ayudar a resolver eficazmente el problema político y electoral de la inseguridad ciudadana, sino -y mucho más importante que lo anterior- ayudar a reducir el número de víctimas y las consecuencias que cada acto delictivo conlleva.

Además, algunos de los problemas señalados en el artículo, como la falta de fiscales o el aumento de los índices de delincuencia, parecen mucho más solucionables si nos preocupamos de reducir el número de personas que cometen esos actos antes que aumentar el número de plazas en instituciones de reclusión. Esto alcanza tanta más importancia cuando hablamos de menores.

Es difícil aceptar que, si hay la necesidad de crear más plazas en los centros de internamiento y si existe escasa aplicación de soluciones extrajudiciales porque la gravedad del delito lo excluye, no sea por la incompetencia y el desinterés, desde los organismos responsables, de trabajar en el área de la prevención.

Pero, para prevenir, es necesario conocer en profundidad el problema... Es necesario querer conocerlo. Hace un año y medio un equipo de investigadores, con suficiente acreditación para asegurar la mayor calidad técnica y científica, escribió un proyecto con el título Predictores de la violencia y reincidencia en menores delincuentes, con un objetivo fundamental: "Predecir para prevenir". En marzo de este año, después de un sinfín de solicitudes a la Fiscalía de Menores, a la Fiscalía General del Estado y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en un entresijo burocrático próximo a un argumento kafkiano, vieron denegada su petición de acceder a estudiar a esos menores cuyo número, según la propia memoria fiscal, sigue in crescendo.

Como ciudadana, ¿qué debo esperar, entonces? ¿Que se abran más plazas en las instituciones? ¿Que se aumente la plantilla de las fuerzas de seguridad? ¿No sería más productivo si de una vez empezáramos a pensar en soluciones realmente eficaces al problema de la delincuencia y de la violencia en general?

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