Coches abandonados
Travessera de Gràcia, número 300, a las 11.45 horas: un vigilante de zona azul extiende recetas al que no ha pasado por caja, situada a 25 metros, a la vez que una grúa observa a cuál de ellos puede enganchar. En la calle de Nàpols, a escasos 20 metros de dicha caja, un Seat Panda luce la pertinente pegatina de color amarillo, que lo identifica como vehículo abandonado, desde hace sólo seis meses. Le pregunto al funcionario por este hecho: "Cumplimos órdenes. Los coches abandonados no los va a buscar nadie al depósito; los multados, sí. Es cuestión de números"....
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Travessera de Gràcia, número 300, a las 11.45 horas: un vigilante de zona azul extiende recetas al que no ha pasado por caja, situada a 25 metros, a la vez que una grúa observa a cuál de ellos puede enganchar. En la calle de Nàpols, a escasos 20 metros de dicha caja, un Seat Panda luce la pertinente pegatina de color amarillo, que lo identifica como vehículo abandonado, desde hace sólo seis meses. Le pregunto al funcionario por este hecho: "Cumplimos órdenes. Los coches abandonados no los va a buscar nadie al depósito; los multados, sí. Es cuestión de números".