AL VOLANTE | PRUEBA

Ligero y manejable

La sensación de amplitud y el ambiente alegre del Forfour sorprenden

cuando se accede al interior. Pero tras esta primera impresión positiva se aprecian unos acabados mejorables, con materiales poco consistentes y sobre todo con un volante que sólo se regula en altura, y que, junto a la estrechez del respaldo, no ayuda a encontrar la posición ideal.

La sencillez del Forfour no se refleja en la mecánica y es un utilitario bien dotado para cumplir como coche de diario, tanto en ciudad como al viajar. El motor 1.3 16v. es la versión intermedia en gasolina y ofrece un rendimiento apr...

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La sensación de amplitud y el ambiente alegre del Forfour sorprenden

cuando se accede al interior. Pero tras esta primera impresión positiva se aprecian unos acabados mejorables, con materiales poco consistentes y sobre todo con un volante que sólo se regula en altura, y que, junto a la estrechez del respaldo, no ayuda a encontrar la posición ideal.

Una mecánica moderna y eficiente

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La sencillez del Forfour no se refleja en la mecánica y es un utilitario bien dotado para cumplir como coche de diario, tanto en ciudad como al viajar. El motor 1.3 16v. es la versión intermedia en gasolina y ofrece un rendimiento apropiado (95 CV). En el tráfico urbano tiene un tacto suave y sin vibraciones, responde desde bajo régimen y hace la conducción muy fácil y relajada porque exige el mínimo esfuerzo. Y sólo el embrague, poco progresivo, hace echar en falta un cambio automatizado.

La brillante respuesta del motor se mantiene en carretera. A pesar de su baja cilindrada sorprende con unas aceleraciones brillantes y una velocidad elevada (180 km/h). Así, mantiene el tipo con unos ritmos de crucero brillantes, adelanta con brío y sólo exige reducir en subidas pronunciadas, sobre todo si va cargado. Pero empuja siempre con nervio, sube de vueltas con alegría y se estira sin problemas por encima de las 6.000 vueltas, aunque el ruido va en aumento, lo que reduce el confort. Una de las claves de su buen andar es un peso de apenas 970 kilos, que, junto a un cambio de cinco marchas bien escalonado, permite aprovechar la potencia y ofrecer unos consumos contenidos: gasta apenas seis litros en conducción suave y alrededor de ocho en ciudad y a ritmos rápidos.

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Ágil y bien equipado en seguridad

Aunque el Forfour tiene unas medidas compactas y un peso ligero, el comportamiento dinámico no acusa su liviana apariencia. No destaca en carretera por su sensación de solidez y consistencia, pero circula con cierto aplomo y obedece a la dirección con agilidad.

Al contrario que el primer Smart, lleva tracción delantera y se conduce con dos dedos. Es muy manejable en zonas viradas, gira sin balancear y apenas acusa inercias de carrocería. Y no presenta reacciones nerviosas en las curvas rápidas ni transmite los baches en trazados deteriorados. Sólo resulta algo seco cuando las suspensiones hacen tope, pero permite afrontar trayectos largos sin problemas porque no acusa el viento lateral y muestra un buen apoyo aerodinámico que da confianza: en carreteras rápidas y autopista hace sentir al conductor que todo está bajo control. Los frenos paran muy bien sin acusar la fatiga e incluye un completo equipo de seguridad (ABS y ESP de serie) que corrige los fallos del conductor para evitar sus consecuencias y ofrecer un comportamiento seguro.

El Forfour es un coche ciudadano con una mecánica bien resuelta que amplía su radio de acción y permite viajar sin limitaciones.

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