OPINIÓN DEL LECTOR

Ningún joven sin aparcamiento

El Ayuntamiento de Barcelona no deja de sorprenderme por los métodos de su lucha a favor del transporte público y para mejorar la movilidad. Un gobierno que abandera los ideales de la izquierda y el socialismo ha reducido los espacios de aparcamiento de nuestras calles, ha privatizado el suelo urbano para crear zonas azules, y se ha dedicado a hacer parkings, pero todos privados.

Soy un estudiante de 22 años, vivo en el Eixample, tengo un Opel Corsa que tiene la mitad de años que yo, pago un seguro desorbitado, trabajo algunas tardes para poder ser mínimamente autosuficiente, y c...

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El Ayuntamiento de Barcelona no deja de sorprenderme por los métodos de su lucha a favor del transporte público y para mejorar la movilidad. Un gobierno que abandera los ideales de la izquierda y el socialismo ha reducido los espacios de aparcamiento de nuestras calles, ha privatizado el suelo urbano para crear zonas azules, y se ha dedicado a hacer parkings, pero todos privados.

Soy un estudiante de 22 años, vivo en el Eixample, tengo un Opel Corsa que tiene la mitad de años que yo, pago un seguro desorbitado, trabajo algunas tardes para poder ser mínimamente autosuficiente, y cuando llego a casa tardo cerca de una hora en encontrar aparcamiento.

Mi alcalde piensa que si no lo encuentro me acabaré comprando un aparcamiento, que evidentemente costará 15 veces el precio de mi coche de segunda mano y 44 veces el seguro que pago cada año. O que seré capaz de pagar un alquiler que me costará cada mes el 15% de lo que me costó mi coche para toda la vida y el 23% del seguro anual. Todo eso si lo encuentro a buen precio y a menos de 20 minutos caminando del piso de alquiler que comparto con cuatro compañeros de la universidad. Está claro que algo no va bien.

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