Tranquilidad administrativa

Los tres niveles de la Administración vasca (Gobierno, diputaciones y ayuntamientos) se muestran muy fieles a los ocho días que conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La herencia de los años en que el catecismo impregnaba toda la vida se ha mantenido en lo que respecta a la celebración de las vacaciones. Mientras el calendario laboral oficial sólo considera festivos el Jueves y Viernes santos, por una parte, y el Lunes de Pascua, en la siguiente semana, los funcionarios y los cargos públicos multiplican los festivos, como los panes y los peces, y establecen 15 días de asuet...

Los tres niveles de la Administración vasca (Gobierno, diputaciones y ayuntamientos) se muestran muy fieles a los ocho días que conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La herencia de los años en que el catecismo impregnaba toda la vida se ha mantenido en lo que respecta a la celebración de las vacaciones. Mientras el calendario laboral oficial sólo considera festivos el Jueves y Viernes santos, por una parte, y el Lunes de Pascua, en la siguiente semana, los funcionarios y los cargos públicos multiplican los festivos, como los panes y los peces, y establecen 15 días de asueto, repartidos en dos turnos de una semana.

Las consecuencias más evidentes son que el Gobierno vasco desaparece prácticamente a nivel político, hasta el punto de que esta semana suprime la habitual reunión del Consejo de Gobierno de los martes. Lo mismo pasa en la Administración alavesa, que tampoco reúne a su Consejo de Diputados. Salvo un portavoz, que este año ha sido el propio diputado general, Ramón Rabanera, el resto del altos cargos se coge mayoritariamente unas vacaciones.

La explicación oficial de por qué no se celebra el Consejo de Diputados durante la semana de Pascua es que las cuestiones que suelen tratarse se registran habitualmente los jueves y viernes de la semana anterior. En este caso, como la semana anterior coincide con el Jueves y el Viernes santos, no se registran asuntos.

En el caso del Parlamento el desierto es total. No hay actividad en la Cámara, ni en comisiones, ni ponencias, ni pleno. El relax político y administrativo no se salva ni en los ayuntamientos, aunque los concejales y alcaldes han desarrollado una actividad algo mayor a partir del miércoles pasado.

La realidad es que la mayoría de los políticos vascos desaparecen casi literalmente todos los años por estas fechas, de forma más acusada entre los nacionalistas tras la celebración del Abeerri Eguna el Domingo de Resurrección.

Con ese ejemplo, los funcionarios hacen lo propio y se organizan para tomarse una semana de vacaciones durante esa quincena.

Los funcionarios del Ejecutivo se reparten los días de asueto en dos turnos, salvo en Álava, que este año se dividen en tres por el puente de San Prudencio (28 de abril). Parte de ellos se marchan en la Semana Santa propiamente dicha, otra parte coge la de Pascua, y, esta vez, una tercera en la festividad del patrón de Álava.

Según fuentes de la Vicepresidencia, se reparten al 33% aproximadamente y el servicio no sufre ningún tipo de merma. "Los ciudadanos están perfectamente atendidos, se mantienen los mismos servicios y no se baja el pistón", señalan. Los altos cargos, preferentemente se reparten los festivos entre las dos primeras semanas ya que para finales de abril ya ha comenzado la actividad ordinaria.

Las oficinas gubernamentales, forales y municipales que prestan servicio directo al público se han mantenido abiertas y funcionando. "Nosotros nos cogemos vacaciones, pero la sociedad también y estos días no ha venido casi nadie por aquí", explicaba ayer un funcionario de la consejería de Vivienda.

Quienes sí han tenido trabajo son los empleados de las oficinas municipales de Turismo. Sólo la de Vitoria ha recibido hasta un 11% de consultas más. Otros departamentos locales apenas si han tenido trabajo estos días.