Criaturas literarias

Koepp es uno de esos guionistas a sueldo de los estudios de Hollywood que, en cuanto cogen un hueco y consiguen un poco de pasta, utilizan su tiempo en lo que realmente les apetece: dirigir sin que nadie se entrometa en su trabajo. Así, junto a escrituras de escuadra y cartabón, estilosas pero vacías, como Misión: imposible, Parque Jurásico o Spider-man, Koepp es autor de una de las mejores películas desconocidas de la última década, la sorprendente El efecto dominó (1996). En La ventana secreta, con las mismas particularidades que aquella obra maestra, Koepp demuestra en ...

Koepp es uno de esos guionistas a sueldo de los estudios de Hollywood que, en cuanto cogen un hueco y consiguen un poco de pasta, utilizan su tiempo en lo que realmente les apetece: dirigir sin que nadie se entrometa en su trabajo. Así, junto a escrituras de escuadra y cartabón, estilosas pero vacías, como Misión: imposible, Parque Jurásico o Spider-man, Koepp es autor de una de las mejores películas desconocidas de la última década, la sorprendente El efecto dominó (1996). En La ventana secreta, con las mismas particularidades que aquella obra maestra, Koepp demuestra en su primera hora que puede ser un escritor y un director con mayúsculas. En la flaqueza de ese escritor recién corneado por el amor, que sólo sabe dormir 16 horas diarias en un sofá cochambroso y que recibe la visita de un desconocido acusador del tan temido plagio, está el universo de Stephen King, pero también el de Hitchcock, incluso el de Borges. Johnny Depp, por una vez con el semblante justo, es un lánguido fantasma carcomido por los desastres del pasado.