Un hombre viola el alejamiento, da una paliza a su mujer y quema el piso con ella dentro

La víctima, sin protección policial, saltó por la ventana para escapar de las llamas en Madrid

A Carlos S. D., de 37 años, el juez le prohibió acercarse a menos de 500 metros de su mujer, Rosa María M. F., de 33, el pasado 10 de febrero, un día después de agredirla en plena calle. Ella había soportado, sin denunciarlo, años de insultos y agresiones, según vecinos del barrio madrileño de Entrevías. Hace siete meses, decidió separarse y, tras la agresión en la calle, también le denunció. Ayer él esperó a que el hijo de ambos, de seis años, fuera al colegio para entrar en la vivienda, darle una brutal paliza y quemar el piso. La policía dice que la orden de alejamiento no le obligaba a vig...

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A Carlos S. D., de 37 años, el juez le prohibió acercarse a menos de 500 metros de su mujer, Rosa María M. F., de 33, el pasado 10 de febrero, un día después de agredirla en plena calle. Ella había soportado, sin denunciarlo, años de insultos y agresiones, según vecinos del barrio madrileño de Entrevías. Hace siete meses, decidió separarse y, tras la agresión en la calle, también le denunció. Ayer él esperó a que el hijo de ambos, de seis años, fuera al colegio para entrar en la vivienda, darle una brutal paliza y quemar el piso. La policía dice que la orden de alejamiento no le obligaba a vigilar al agresor ni a la víctima.

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La víctima permanecía anoche ingresada en el hospital Gregorio Marañón con pronóstico reservado. El agresor le propinó una paliza brutal, según los vecinos. "Ha sido horroroso. Él la insultaba. Le decía: 'Hija de puta, que me has dejado sin el piso'. Pero lo peor eran los golpes: yo lloraba con sólo oírlos", explicó ayer una vecina.

Carlos S. D. esperó a que el hijo de ambos saliera del piso, sobre las 7.45, para ir al colegio para llevar a cabo la agresión. "El pequeño siempre iba al colegio con el padre de ella, que le esperaba en la calle", contó otro vecino. Cuando la madre abrió la puerta, él la asaltó, dejó al niño en el rellano y empezó a propinarle puñetazos y patadas.

El pequeño entró en el ascensor, apretó el botón del sótano -"el único al que llega", explicó una vecina- y allí se quedó quieto y en silencio. La policía tuvo que buscarle un buen rato. Cuando lo encontró, el niño apenas podía articular palabra. Tuvo que ser asistido por los psicólogos de Emergencias de Madrid.

Carlos S. D. agredió a su mujer durante unos 10 minutos. Luego incendió el ático en el que la pareja había convivido hasta hace unos meses, que quedó totalmente calcinado. La mujer, huyendo de los golpes y las llamas, se precipitó desde tres metros de altura, desde la terraza superior del ático hasta la inferior. Allí la encontraron los médicos, que la atendieron de contusiones y heridas en la cara y en todo el cuerpo. El agresor fue encontrado, semiinconsciente, acurrucado en la terraza superior. Sufría una intoxicación leve por el humo. Fue ingresado en el hospital Doce de Octubre, donde permanece custodiado por la policía.

Vecinos y amigos de la mujer no ocultaban ayer su indignación por lo ocurrido. "Esto se veía venir. Hace uno o dos meses [el pasado 9 de febrero], él ya le dio una paliza en la calle, muy cerca del portal del edificio. Agredió a Rosa María y a su hermana cuando las dos paseaban juntas", explicó la responsable de un comercio cercano.

Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicó ayer que la víctima había denunciado a su marido el pasado 9 de febrero. "En realidad fueron dos denuncias en el mismo día. La primera fue presentada en la Comisaría de Villa de Vallecas. Horas después, la mujer volvió a denunciarlo en la de Puente de Vallecas. Al parecer, el hombre la agredió otra vez tras la primera denuncia", explicó este portavoz.

"El agresor fue detenido y puesto a disposición judicial al día siguiente", añadió este portavoz. La policía admite que el mismo día le fue comunicada la orden de alejamiento dictada por el juez, pero no informó ayer de las medidas tomadas para garantizar la seguridad de la víctima. "Una orden de alejamiento no supone que el agresor o la víctima sean puestos bajo custodia policial", explicó.

Fuentes judiciales informaron de que el auto judicial dictado por el juez contiene medidas cautelares de carácter penal y civil. Entre las primeras, el agresor tenía prohibido durante seis meses acercarse a menos de 500 metros de la mujer, del hogar familiar o de sus familiares.

Las medidas de carácter civil concedían a la madre la guardia y custodia del hijo de la pareja, el uso de la vivienda familiar y una pensión de 300 euros al mes para el mantenimiento del pequeño.

La policía argumenta que no dispone de medios para vigilar durante las 24 horas del día a las víctimas o agresores implicados en delitos de violencia doméstica. En 2003, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado recibieron 50.090 denuncias por malos tratos a mujeres. De ellos, 15.464 fueron considerados delitos y 34.626 faltas.

Montserrat Comas, presidenta del Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género, sí considera que es la policía la que debe garantizar la seguridad de las víctimas. "El juez decreta la orden de protección y comunica a los cuerpos policiales la necesidad de tomar las medidas necesarias para proteger a la víctima, pero debe ser la policía la que decida qué medidas adoptar", explica Comas.

"La justicia ha actuado con celeridad al dictar la orden de protección sólo un día después de la denuncia de la mujer. Esto pone de manifiesto la falta de efectivos policiales existentes para garantizar el control y seguimiento de las más de 6.000 órdenes judiciales de protección que hay dictadas en España en estos momentos", añade Comas.

Ésta es la segunda ocasión en menos de dos semanas que una mujer es agredida por su pareja pese a tener dictada a su favor una orden judicial de protección. El pasado 31 de marzo, Encarnación Rubio murió en Granada al ser atropellada por su marido, Francisco Jiménez Úceda.

Estado en que quedó tras el incendio la vivienda del barrio madrileño de Entrevías.LUIS MAGÁN

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