Entrevista:CARLES GASÒLIBA | Senador

"España no debería haberse alejado nunca de Europa"

Después de permanecer durante 18 años en el Parlamento Europeo, Carles Gasòliba (Barcelona, 1945) vuelve a la política española. En las elecciones del 14-M fue el único senador de CiU elegido por Barcelona. Gasòliba considera muy positivas las primeras gestiones de José Luis Rodríguez Zapatero para situar a Europa en el eje de la política exterior española; en el proceso de construcción europea del cual, cree, España no debería haberse alejado.

Pregunta. Usted ha sido uno de los eurodiputados más veteranos del Parlamento Europeo. Ha permanecido durante 18 años. ¿Cómo evalúa su et...

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Después de permanecer durante 18 años en el Parlamento Europeo, Carles Gasòliba (Barcelona, 1945) vuelve a la política española. En las elecciones del 14-M fue el único senador de CiU elegido por Barcelona. Gasòliba considera muy positivas las primeras gestiones de José Luis Rodríguez Zapatero para situar a Europa en el eje de la política exterior española; en el proceso de construcción europea del cual, cree, España no debería haberse alejado.

Pregunta. Usted ha sido uno de los eurodiputados más veteranos del Parlamento Europeo. Ha permanecido durante 18 años. ¿Cómo evalúa su etapa política en Estrasburgo y en Bruselas?

Respuesta. De los primeros 60 diputados designados por las Cortes, durante el periodo provisional de 1986 y 1987, sólo quedábamos cuatro: Enrique Barón, Manolo Medina, Joan Colom y yo. Dejo el Parlamento muy satisfecho con un balance muy positivo. He vivido el mercado interior, la aplicación del Tratado de Maastricht, la ampliación a los países nórdicos, la implantación del euro y la ampliación al Este. Pero hay dos asuntos que me han complacido. El primero, el documento que reconoce la defensa del catalán y propone una serie de actividades y acciones, que fue aprobado por unanimidad. Y segundo, mi participación en el proceso de implantación del euro.

P. ¿Por qué decidió dejar Bruselas en un momento tan crucial como es la ampliación a 25?

R. Porque 18 años son muchos años y debía facilitar la renovación que se está produciendo en CiU.

P. ¿De qué manera su paso por el Parlamento Europeo le puede facilitar su nueva responsabilidad en el Senado?

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R. Cambio la perspectiva, pero no los temas que mueven mi acción política, que son Cataluña y Europa. Me motiva poder influir en las posiciones de un Estado respecto a su política europea y observar las cuestiones europeas desde la perspectiva estatal. En el Senado estaré en las comisiones económicas, como en el Europarlamento, y en la comisión mixta Congreso-Senado de política europea y también del Consejo de Europa.

P. El 13 de junio se celebrarán elecciones europeas. ¿Continúa pensando que la opinión pública española tiene una visión muy lejana de la política europea, que no la siente como propia?

R. Desgraciadamente, no se da demasiada importancia a nuestra dimensión europea. Somos ciudadanos europeos y tenemos que decidir quiénes nos representan en Europa. Esto es importantísimo. Primero, porque el 80% de la legislación y las normativas que aplicamos en España o en Cataluña se decide en Bruselas. Y segundo, lo ideal sería que ahora tomáramos posición respecto a dos grandes asuntos europeos; por una parte, la Constitución, y por otra, cómo nos hemos situado con vistas a la ampliación a los países del Este. Pero aunque se interese a la ciudadanía por los temas europeos, en estas elecciones, los resultados siempre se leerán en clave española. Como ocurrió en 1994.

P. ¿Una de las prioridades del futuro Gobierno socialista debería ser centrar su política exterior en Europa y rehacer las relaciones con el eje París-Berlín?

R. Indudablemente. Uno de los lemas de mi campaña fue "europeizar Madrid". El Gobierno de Aznar llevó a España a una situación excéntrica del núcleo central de la construcción europea, que se fundamenta en el eje París-Berlín pero que tiene muchas bases, como el Benelux. Esto ha quedado muy deteriorado y hay que recomponerlo. Me parecen muy positivas las primeras decisiones de José Luis Rodríguez Zapatero queriendo reorientar la política europea hacia donde se había situado desde la transición, es decir, desde una participación intensa, franca y decidida en el proceso de construcción europea del que nunca deberíamos habernos alejado.

P. ¿Cómo tendría que enfocarse la reforma del Senado?

R. El artículo 69 de la Constitución tiene que reconocer que el Senado es la Cámara de representación de la pluralidad institucional, cultural y lingüística del Estado. Y además, dar una serie de garantías hacia las nacionalidades históricas que tenemos una lengua, cultura e instituciones específicas y propias. También debe reconocer el veto suspensivo, es decir, que si una autonomía cree que una ley estatal invade sus competencias, pues no se aplique hasta el pronunciamiento del Tribunal Constitucional.

P. En el nuevo Estatuto se quiere incorporar algunas demandas relacionadas con la UE. Por ejemplo, la presencia de los gobiernos autónomos en la delegación española, la oficialidad del catalán o la posibilidad de recurrir ante el Tribunal de Justicia. ¿Qué posibilidades de éxito tienen estas reivindicaciones?

R. Estos asuntos se discutieron mucho en los debates de la Constitución Europea. Tanto el Gobierno del presidente Pujol como los eurodiputados de CiU tuvimos una intervención muy decidida. Pero nos encontramos con un obstáculo fundamental, con una pared infranqueable, que fue la posición del Gobierno español y del Partido Popular. Esto afortunadamente ha cambiado. Hay un nuevo clima. Una de las primeras acciones del señor Zapatero ha sido entrevistarse con el presidente de la Convención, Valéry Giscard d'Estaing. Y todos los Estados miembros y la presidencia irlandesa han encontrado un clima diferente, hasta el punto de que existe la esperanza de que en la actual presidencia se puedan cerrar estos asuntos. En esta nueva orientación tendrían que haber elementos para que estos derechos sean reconocidos en la Constitución Europea.

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