Pasión entre rejas

Se abrieron las puertas bajo una lluvia incipiente y cuando la mañana del jueves estaba aún para muchos recién entrada. A las 10.00 corredores, patios, ventanas y talleres se fueron inundando de una solemne pasión a ritmo de procesión y fondo de saeta que en nombre de la Cofradía de Jesús en la Columna desplegó liturgia de Semana Santa entre barrotes. La Semana Marinera incluye ese paseo del cristo ante la mirada de los presos y las presas. Corto, intenso y emocionante, el rito se repite para no dejar sin cruz ni capirotes a los que no pueden jalear las imágenes desde un balcón.

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Se abrieron las puertas bajo una lluvia incipiente y cuando la mañana del jueves estaba aún para muchos recién entrada. A las 10.00 corredores, patios, ventanas y talleres se fueron inundando de una solemne pasión a ritmo de procesión y fondo de saeta que en nombre de la Cofradía de Jesús en la Columna desplegó liturgia de Semana Santa entre barrotes. La Semana Marinera incluye ese paseo del cristo ante la mirada de los presos y las presas. Corto, intenso y emocionante, el rito se repite para no dejar sin cruz ni capirotes a los que no pueden jalear las imágenes desde un balcón.

Desde 1999 presos de Picassent, del módulo de preventivos, ensayan pasos para transportar el anda, aunque con ayuda y supervisión de unos 40 cofrades que se desplazan hasta la prisión custodiando la figura de loas, lágrimas y milagros.

Cornetas y tambores van abriendo y cerrando el paso acompasado al borde de las rejas. Y son el preludio de la misa que se celebra en la capilla de la prisión. No hay nada improvisado, los párrocos se ocupan antes del solemne evento de preparar con charlas litúrgicas y celebraciones penitenciales a los devotos que se pondrán a los pies de Cristo.