OFENSIVA TERRORISTA | Nuevo golpe a ETA en Francia

La policía francesa desmantela un gran taller y arsenal de ETA y detiene a dos personas

Los agentes hallan proyectiles anticarro, armas cortas y largas, además de diversos explosivos

La Guardia Civil y la policía francesa descubrieron ayer en una vivienda situada en el centro de Saint-Michel (Francia), aldea muy cercana a la frontera con Navarra, un taller clandestino que ETA utilizaba para la fabricación de bombas y como depósito de armas y explosivos. "Es uno de los mayores arsenales con que cuenta la organización terrorista en la actualidad", aseguró el ministro del Interior en funciones, Ángel Acebes. La policía detuvo en esta operación al presunto etarra Josetxo Zeberio Aierbe, de 38 años, que huyó hace 13 años, y al propietario de la finca, el pastor Jean-Marie Sempé...

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La Guardia Civil y la policía francesa descubrieron ayer en una vivienda situada en el centro de Saint-Michel (Francia), aldea muy cercana a la frontera con Navarra, un taller clandestino que ETA utilizaba para la fabricación de bombas y como depósito de armas y explosivos. "Es uno de los mayores arsenales con que cuenta la organización terrorista en la actualidad", aseguró el ministro del Interior en funciones, Ángel Acebes. La policía detuvo en esta operación al presunto etarra Josetxo Zeberio Aierbe, de 38 años, que huyó hace 13 años, y al propietario de la finca, el pastor Jean-Marie Sempée.

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El hallazgo del arsenal se enmarca dentro de la fructífera operación que la policía desarrolla contra la banda terrorista desde el viernes en Francia. Ese día detuvo en Saint-Paul les Dax al presunto jefe de logística de ETA, Iñaki Esparza Luri, de 41 años, trasladado ayer a París para su comparecencia ante la juez antiterrorista Laurence Le Vert, y capturó en Angulema al supuesto coordinador de la banda, Félix Alberto López de la Calle, Mobutu, y a su compañera y lugarteniente, Mercedes Chivite.

Precisamente, la documentación encontrada en el arresto de Mobutu condujo a la policía hacia Saint-Michel, situada a escasos cinco kilómetros de Saint-Jean-Pied-de-Port y a unos 100 de la localidad pirenaica de Bagnères-de Bigorre, donde el pasado viernes los agentes descubrieron en un piso dos bombas lapa y dos ollas llenas de explosivos.

La operación comenzó sobre las seis de la mañana, según coinciden los vecinos de esta aldea de 250 habitantes. Agentes de la División Antiterrorista Francesa, de la Policía Judicial de Bayona y la Guardia Civil se desplegaron por Saint-Michel, cercaron Lakua, la vivienda de Jean-Marie Sempée -un edificio de dos pisos con un granero-, irrumpieron en ella y detuvieron al pastor y a Josetxo Zeberio -detenido en Costa Rica en 1996 con documentación falsa-, que estaba armado según un agente francés. ¿Opusieron resistencia? "No, ninguna", responde.

"Cueva de Alí Babá"

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Ninguno de los dos fue trasladado a dependencias policiales. La ley francesa obliga a que los detenidos estén presentes en los registros, así que Sempée y Zeberio permanecieron allí durante todo el día; todavía continuaban en el interior de la vivienda al cierre de esta edición. Ante ellos, la policía descubrió "una verdadera cueva de Alí Babá", según dijeron fuentes de la investigación, que compararon el polvorín con la fábrica clandestina desmantelada en Bidart (Francia) en 1993, un año después de la caída de la cúpula de ETA de la época.

Los agentes encontraron armas cortas, largas, explosivos de todo tipo, granadas artesanales Jotake, proyectiles anticarro, municiones y material electrónico, detonadores... Era un auténtico arsenal, uno de los mayores con que contaba la organización terrorista hasta ayer, en palabras de Acebes.

La Guardia Civil cree que ETA ha utilizado esta "fábrica" de explosivos para elaborar todos los artefactos "de importancia" con los que ha cometido atentados en el último año, probablemente desde la bomba-lapa que sirvió para asesinar a dos policías nacionales en Sangüesa (Navarra) el 30 de mayo de 2003, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.

Durante horas, sólo se conoció la identidad del propietario de la granja, un pastor -dueño de unas 200 ovejas- que ronda la cincuentena. Pero bastó para causar sorpresa en Saint-Michel, donde vive y nació. "Es un hombre de gran corazón", coincidían. "Ni está casado ni tiene hijos, es un mutil zaharra [solterón, en euskera]. Pero se lleva bien con todo el mundo. También con los niños". Lo dice un vecino, cuando explica que Sempée es también el chófer que recoge a los niños de las aldeas de la zona para llevarlos al colegio a Saint-Jean-Pied-de Port. "Siempre ha sido de ideología abertzale", apunta otro vecino. "Hace 30 años se le veía que andaba en ese tipo de movimientos, pero desde entonces hacía su vida. Yo he estado en su casa muchas veces y nunca he visto nada raro". Este hombre se prestó a llevar ayer a pastar a las ovejas de Sempée. "Pero no entré en la vivienda", dice en euskera. Saint-Michel es una comunidad bilingüe.

En la casa, más de medio centenar de agentes de distintos cuerpos de la policía continuaban con el registro. Habían cercado casi toda la aldea. Resultaba difícil saber lo que ocurría en el interior, más allá de que la policía se había incautado en el taller de material que dispuso en cajas y cargó en varios camiones.

A media tarde seguía sin trascender la identidad del otro detenido. Luego se hizo público el nombre de Zeberio, un veterano militante etarra. Era el encargado de custodiar la fábrica de explosivos.

La operación, que seguía abierta al cierre de esta edición, supone un nuevo varapalo en la cadena de golpes que la cooperación antiterrorista franco-española ha asestado a ETA en los últimos tiempos.

Sólo desde la tregua de ETA en 1998, los cuerpos policiales de los dos países se han incautado de más de 11 toneladas de explosivos en distintas intervenciones desarrolladas a ambos lados de la frontera. El último hallazgo de dimensiones similares al de ayer se remonta al arsenal desmantelado en Rivière en julio de 2002, donde se incautaron de más de 500 kilos de dinamita y 150 armas.

Un gendarme controla la entrada a la casa de Saint-Michel donde ETA tenía un enorme arsenal.JESÚS URIARTE

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