Piqué está dispuesto a sumarse a la ponencia de reforma del Estatuto

El Gobierno catalán tiende la mano al PP y promete buscar consenso

El presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué, abrió ayer la puerta a la incorporación de su partido a la comisión parlamentaria creada para reformar el Estatuto. "Si se busca el consenso y se respetan las reglas del juego, participaremos", afirmó ayer el ex ministro, quien ya ha hecho llegar su predisposición a Joan Saura, número tres del Ejecutivo catalán. Saura tendió la mano al PP y prometió buscar el máximo consenso.

La comisión parlamentaria para reformar el Estatuto catalán se constituyó en febrero, pero el PP se autoexcluyó del proceso al considerar inadecuad...

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El presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué, abrió ayer la puerta a la incorporación de su partido a la comisión parlamentaria creada para reformar el Estatuto. "Si se busca el consenso y se respetan las reglas del juego, participaremos", afirmó ayer el ex ministro, quien ya ha hecho llegar su predisposición a Joan Saura, número tres del Ejecutivo catalán. Saura tendió la mano al PP y prometió buscar el máximo consenso.

La comisión parlamentaria para reformar el Estatuto catalán se constituyó en febrero, pero el PP se autoexcluyó del proceso al considerar inadecuado el momento elegido, a las puertas de una campaña electoral. Pese a ello, existía un acuerdo tácito entre el Gobierno de Pasqual Maragall y la cúpula del PP catalán para encauzar la situación tras los comicios.

Ayer, sólo cuatro días después de las elecciones, el PP ya mostró su predisposición a integrarse a la ponencia. "Esta semana recibí una llamada de Joan Saura, que dijo que teníamos la puerta abierta a la comisión, que se buscaría el consenso y que se respetarían las reglas del juego", explicó Piqué tras la reunión del grupo parlamentario. "Agradezco la llamada y si es así, participaremos", añadió el dirigente catalán, quien pidió no obstante una "declaración pública" del Gobierno catalán insistiendo en las ideas que le transmitió privadamente Saura. El departamento del líder de Iniciativa per Catalunya (ICV) coordina los trabajos no parlamentarios para la reforma del Estatuto.

Este pronunciamiento público llegó ayer mismo. Saura dejó claro que el proceso seguirá todos los cauces legales y reiteró la voluntad de consenso, no únicamente en el Parlamento catalán, sino también en el Congreso, donde en última instancia se aprobarían las reformas: "La voluntad del Gobierno catalán es que haya el máximo consenso posible de todas las formaciones políticas y que esto permita el consenso en las reformas constitucionales que deban aprobarse en el Congreso".

Interés del tripartito

El Gobierno tripartito catalán está especialmente interesado en la participación del PP en la ponencia, con independencia de que este partido acabe votando o no a favor de las reformas, para subrayar que el proceso abierto en Cataluña nada tiene que ver con el plan Ibarretxe. "Queremos que el nuevo texto sea el Estatuto de toda la sociedad", subrayó Saura.

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La eventual incorporación del PP a la ponencia no será inmediata. El calendario acordado por todos los grupos, salvo el PP, prevé la comparecencia en la Cámara de cerca de 40 organizaciones representativas de la sociedad civil catalana y, por tanto, no está previsto que los grupos empiecen a debatir sobre las reformas concretas antes de mayo. "Cuando se empiece a discutir de verdad, el PP ya formará parte sin duda de la comisión", explicaron ayer miembros de la dirección regional del partido.

Nadie en el PP catalán está entusiasmado por el proceso de reforma del Estatuto. Pero ni siquiera en los momentos de máximo enfrentamiento entre los gobiernos de José María Aznar y de Pasqual Maragall había tampoco nadie en la cúpula del partido que defendiera el boicoteo total al proceso.

Todos esperaban el 14-M para entrar en la ponencia reforzados por las urnas. El propio Piqué recordó que la fuerza política de cada partido no debía medirse sólo por sus resultados en las elecciones autonómicas, sino que había que considerar las generales y ponía siempre el ejemplo de 2000: ese año, el PP obtuvo en Cataluña 12 escaños y Esquerra Republicana (ERC), sólo uno. El domingo pasado, el PP quedó reducido a seis escaños (sobre un total de 47) y fue sobrepasado por ERC, que pasó a ocho.

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