Participantes en unas jornadas celebradas en Jaén destacan el papel de las mujeres en la Generación del 27

Las mujeres en la Generación del 27 ha sido, durante los últimos días, uno de los puntos de debate de las jornadas Lengua, literatura y mujer, organizadas por el grupo de investigación Filología y Didáctica de la Universidad de Jaén. Durante el seminario, clausurado ayer, la profesora de la Universidad de Granada Ángela Olalla destacó el papel de la mujer en la Generación del 27, "una figura que permanece desdibujada, no sólo por la tradicional cultura machista sino, como se desprende de los estudios, también por la propia opción de estas mujeres".

Cuando se piensa en la Generaci...

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Las mujeres en la Generación del 27 ha sido, durante los últimos días, uno de los puntos de debate de las jornadas Lengua, literatura y mujer, organizadas por el grupo de investigación Filología y Didáctica de la Universidad de Jaén. Durante el seminario, clausurado ayer, la profesora de la Universidad de Granada Ángela Olalla destacó el papel de la mujer en la Generación del 27, "una figura que permanece desdibujada, no sólo por la tradicional cultura machista sino, como se desprende de los estudios, también por la propia opción de estas mujeres".

Cuando se piensa en la Generación del 27 los primeros nombres que resuenan son los de Vicente Aleixandre, García Lorca, Alberti, Salinas o Cernuda. En cambio, los de Ernestina de Champourcín, Josefina de la Torre, Carmen Conde, Teresa León o Concha Méndez no se reconocen, o en el mejor de los casos, se relacionan con alguno de los hombres de la Generación del 27 con quienes compartieron parte su vida e inquietudes intelectuales. Este fue el caso de Teresa León y Carmen Conde, casadas con Rafael Alberti y el poeta Antonio Oliver Belmás, respectivamente.

"Los hombres de la Generación del 27 sólo aceptaron a una mujer moderna si ésta era moderada en sus demandas y pretensiones. Y ellas prefirieron seguir resguardadas bajo el paraguas de sus compañeros", indicó Ángela Olalla. La investigadora granadina recordó la figura de la escritora Ernestina Champourcín, una de las grandes conocedoras de las últimas tendencias literarias en la Europa de la época y con una biblioteca que "a más de uno haría enmudecer y de la que nunca presumió". Champourcín, en su poemario La voz en el viento, dice "carecer de concepto de poesía" y señala que prefiere mantenerse "desdibujada entre los equívocos de la vaguedad". Según señaló Ángela Olalla, las escritoras del 27 se decantaron por mantenerse en un "segundo plano para poder seguir con su producción artística sin verse censuradas por la sociedad".

La figura de Josefina de la Torre, que escribió bajo el seudónimo de Laura Cominges, fue otra de las autoras más destacadas no sólo por su poética o novelas cortas, como En el umbral, sino por su papel dinamizador en la vida cultural de aquellos años. Esta mujer, amiga de Dalí y Buñuel, destacó también por sus colaboraciones en periódicos y por sus otras facetas como actriz, cineasta, compositora, pianista y soprano del teatro María Guerrero de Madrid.

De otra parte, la escritora y cineasta Concha Méndez fue la primera en escribir un guión de cortometraje en España, en 1927, Historia de un taxi. Amiga íntima de Buñuel, fue quien le descubrió Las Urdes, que luego protagonizarían una de las películas más emblemáticas del cineasta español. Concha Méndez también destacó, junto a Manuel Altolaguirre, con quien más tarde se casaría, como editora durante su exilio en México. Otra de las figuras analizadas fue Carmen Conde, profesora de Literatura, que publicó en 1929 su libro de poemas Brocal.

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