Los gitanos del Poblenou se instalan en el puente del Treball
El centenar de familias gitanas que durante el pasado fin de semana abandonaron el solar de la calle de la Agricultura de Barcelona del que iban a ser desalojadas ayer por orden judicial se han instalado en grupos por otros solares del mismo barrio del Poblenou y Badalona. El colectivo más numeroso, formado por caravanas de gitanos procedentes de Galicia y Portugal, se ha instalado en las inmediaciones del puente del Treball, muy cerca de lo que en su día fue el asentamiento de La Perona.
La marcha adelantada de los habitantes del campamento facilitó el trabajo a la comisión judicial, l...
El centenar de familias gitanas que durante el pasado fin de semana abandonaron el solar de la calle de la Agricultura de Barcelona del que iban a ser desalojadas ayer por orden judicial se han instalado en grupos por otros solares del mismo barrio del Poblenou y Badalona. El colectivo más numeroso, formado por caravanas de gitanos procedentes de Galicia y Portugal, se ha instalado en las inmediaciones del puente del Treball, muy cerca de lo que en su día fue el asentamiento de La Perona.
La marcha adelantada de los habitantes del campamento facilitó el trabajo a la comisión judicial, los agentes de policía y los asistentes sociales del Ayuntamiento que ayer acudieron a efectuar el desalojo: toparon con sólo tres familias que sumaban entre 15 y 18 personas que no opusieron ningún tipo de resistencia. De procedencia rumana, una de las familias se marchó por su propio pie, otra explicó que tenía billetes de avión con destino a Bucarest y la tercera, en una situación social muy precaria, ha sido alojada en una pensión.
Un portavoz del Ayuntamiento explicó ayer que los profesionales de los servicios sociales realizarán un seguimiento del centenar de menores escolarizados que existe en el grupo, con el objetivo de que continúen asistiendo a clase.
Por su parte, integrantes del colectivo Quart Món, que en los últimos meses ha dado apoyo a estas familias, denunciaron ayer el "acoso policial" al que están siendo sometidas estas personas en su nueva ubicación. "La policía presiona a las familias para que se vayan y las amenaza con multar a los vehículos si no se marchan", aseguró Rina Decap, de la asociación.