La campaña electoral se cierra con una nueva tragedia

Los iraníes realizaron ayer su primera jornada de reflexión después de una semana de campaña electoral fría y sin interés para las elecciones generales de mañana viernes. Los informativos de la tarde se centraron sobre todo en la nueva tragedia que ha sacudido al país, mientras el presidente del Parlamento, el reformista Mehdi Karrubi, hacía un último llamamiento a la ciudadanía a votar. Karrudi pidió a los más de 46 millones de iraníes con derecho a voto que acudan a las urnas aunque hayan sido descalificados los candidatos reformistas por los que tenían pensado votar.

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Los iraníes realizaron ayer su primera jornada de reflexión después de una semana de campaña electoral fría y sin interés para las elecciones generales de mañana viernes. Los informativos de la tarde se centraron sobre todo en la nueva tragedia que ha sacudido al país, mientras el presidente del Parlamento, el reformista Mehdi Karrubi, hacía un último llamamiento a la ciudadanía a votar. Karrudi pidió a los más de 46 millones de iraníes con derecho a voto que acudan a las urnas aunque hayan sido descalificados los candidatos reformistas por los que tenían pensado votar.

La república islámica se encuentra sumida en la más grave crisis política desde su fundación hace 25 años. Por primera vez desde que el imam Jomeini se puso al frente de las masas que habían derrocado al sha, la figura del líder supremo y guía espiritual de la nación, que ahora encarna su sucesor, ayatolá Alí Jamenei, ha sido contestada.

Una carta, supuestamente firmada por buena parte de los 80 diputados que han sido descalificados por el Consejo de Guardianes para presentarse a la reelección, pone en duda que Jamenei pidiera, como dijo públicamente, a la institución más poderosa del país que reconsiderase su decisión de expulsar a cerca de 4.000 candidatos electorales.

Tras semanas de tira y afloja, el Consejo de Guardianes, formado por seis ayatolás elegidos por Jamenei y seis juristas elegidos por el Parlamento, readmitieron a unos 1.000 candidatos pero dejaron fuera de la carrera electoral a 80 diputados reformistas de la actual Cámara, entre ellos el hermano del presidente de la república y líder del mayor partido reformista, el Frente de Participación Islámica, Reza Jatamí.

El fin del régimen

Los ultraortodoxos miembros del Consejo de Guardianes consideran que todos ellos no defienden los intereses de la república islámica. El vicepresidente del Parlamento iraní, Reza Jatamí, uno de los más díscolos, llegó a manifestar el martes a EL PAÍS que estaba a favor del fin del régimen islámico, aunque ayer reconsideró sus palabras, según informó la agencia France Presse.

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El líder reformista, hermano menor del presidente, y su partido han pedido la abstención en las elecciones de mañana, pero otros reformistas, con el presidente Mohamed Jatamí a la cabeza, defienden la necesidad de acudir a votar.

Aunque ayer ya no se podían publicar encuestas, funcionarios del Ministerio del Interior indicaron que se baraja una cifra de participación inferior al 40% en todo el país, con una abstención cercana al 90% en Teherán y las grandes ciudades. En la capital del país, que cuenta con 12 millones de habitantes, se ha palpado durante la campaña un creciente desinterés hacia las consignas de los políticos, sobre todo entre los jóvenes. En los comicios de 2000, votó el 83% del censo.

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