El Consejo de Gobierno de Irak intenta limitar los derechos de la mujer

Bremer vetará la Constitución si se impone la ley islámica y las mujeres se movilizan

La polémica está servida. Paul Bremer ha dicho alto y claro que no firmará una Constitución que consagre la sharia (ley islámica) como principal fuente legal. El administrador civil estadounidense para Irak habló de esta forma en Kerbala, la ciudad santa chií, donde ayer inauguró un centro para mujeres. Bremer entra así en un debate que empieza a calar en la sociedad civil. Desde hace semanas, las mujeres iraquíes están movilizándose frente al intento del Consejo de Gobierno de sustituir la Ley del Estatuto Personal por normas propias de cada confesión.

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La polémica está servida. Paul Bremer ha dicho alto y claro que no firmará una Constitución que consagre la sharia (ley islámica) como principal fuente legal. El administrador civil estadounidense para Irak habló de esta forma en Kerbala, la ciudad santa chií, donde ayer inauguró un centro para mujeres. Bremer entra así en un debate que empieza a calar en la sociedad civil. Desde hace semanas, las mujeres iraquíes están movilizándose frente al intento del Consejo de Gobierno de sustituir la Ley del Estatuto Personal por normas propias de cada confesión.

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Todas las iraquíes -árabes, kurdas, turcomanas, suníes, chiíes, cristianas y yazidíes- han puesto el grito en el cielo al conocer el alcance de algunas medidas que se gestan en el seno del Consejo de Gobierno designado por EE UU. El peligro para ellas tiene un nombre: Decisión 137. Con dicho número, el Consejo acordó en diciembre, bajo la presidencia del chií Abdelaziz al Hakim, la derogación de la Ley del Estatuto Personal, el código de familia vigente en Irak desde 1959. Es un ejemplo del riesgo que representa para las mujeres la adopción de la sharia.

Frente a esta legislación, una de las más avanzadas del mundo musulmán en derecho de familia, los promotores de la Decisión 137 pretenden que esos asuntos pasen a ser competencia de las autoridades religiosas de cada comunidad. En un país multiétnico y multirreligioso, esto equivale al caos legal. "De aprobarse, supondría el fin de la unidad judicial en Irak", dice Malik Dohan al Hasan, presidente de la Asociación de Abogados.

La propuesta, que requiere la firma de Bremer para convertirse en ley, alienta los recelos de las minorías, que ven en la medida una imposición de la mayoría chií. "Pretenden que todos nos casemos de acuerdo con la ley yafarí", asegura Maha, una joven suní, en referencia a la escuela jurídica que siguen los chiíes. Las propias mujeres chiíes están indignadas. "La ley original servía no sólo para los musulmanes, sean chiíes o suníes, sino también para los cristianos y otras confesiones; nadie estaba en contra", dice Intisar Yawad al Ramahi, del Comité para el Desarrollo de las Ideas, un centro de estudios chií. "Todos nos hemos sorprendido por la decisión", añade.

"Para mí, es ilegal; los derechos de la mujer están más protegidos con la ley de 1959", apunta Ghadeh Abu Yabbar, una chií que prepara su doctorado en Química y que, como Al Ramahi, se cubre de la cabeza a los pies. Esta defensa de la legislación laica resulta un reconocimiento implícito de que la mayoría de las interpretaciones de la ley islámica limitan los derechos de las mujeres en cuestiones como el divorcio, la custodia de los hijos y la herencia. Además, la ley islámica permite la poligamia y una edad más temprana para el matrimonio de las mujeres.

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"Lo peor es que no sabemos si han abolido la ley de 1959, porque se trata de una decisión adoptada sin someterla al debate de la opinión pública", afirma Nazerín Ozmán, representante del Movimiento Kurdo para la Liberación de la Mujer. "No está claro que su decisión sea válida porque sólo la respaldaron 11 miembros del Consejo; 10 votaron en contra y 4 estaban ausentes", explica.

Los responsables estadounidenses no han ayudado aclarar la confusión. En lo que parece una prueba de su descontento con el camino que está tomando el Consejo en ese terreno, el portavoz de Bremer, Dan Senor, ha negado que el proyecto de ley se encontrara sobre la mesa del procónsul pendiente de firma. Algunos miembros del Consejo también han negado que se adoptara la decisión. "No hemos cambiado la ley, pero se necesita otra ley", dijo Adnán Pachachi (laico suní) a los periodistas.

Mujeres concienciadas

Muafak al Rubai (chií liberal) discrepa. "El Consejo de Gobierno firmó la 137 cuando era presidente Al Hakim", asegura. "Confío en que Bremer no la ratifique", añade, tras dejar claro que él votó en contra. "Me ha alegrado mucho la reacción de las iraquíes, demuestra que están concienciadas con lo que ocurre. Son el 60% de nuestra sociedad y no se las puede dejar en segundo plano", subraya, rompiendo el tópico de que son los chiíes quienes desean recortar los derechos de las mujeres. Ha sido un islamista suní, el actual presidente de turno del Consejo, Mohsén Abdelhamid, quien ha pedido que la sharia sea la principal fuente de legislación en Irak.

"Nuestra posición está clara: no puede ser ley hasta que yo la firme", respondió Bremer ayer cuando se le preguntó qué haría si los dirigentes iraquíes trataban de incluir la ley islámica en el actual borrador de la Ley Básica (la Constitución provisional para el periodo transitorio). "Queremos que en ella se reconozca la identidad islámica de la mayoría, pero a la vez se respete la libertad de culto de todos los iraquíes", aclaró su portavoz horas más tarde. Sin embargo, el propio Bremer reconoció que tras el traspaso de soberanía la influencia de EE UU sobre la Constitución definitiva se reducirá considerablemente.