Protesta en Casablanca de los familiares de las víctimas del naufragio de Rota

La Gendarmería hizo irrupción de madrugada en el pueblo marroquí de Hansala, en la provincia de Beni Mellal. Acudió para impedir que 13 de sus vecinos, padres o hermanos de víctimas del naufragio de una zodiac repleta de inmigrantes frente a Rota, el 25 de octubre, viajaran a Casablanca para protestar ante el Consulado español.

El plante, consistente en una sentada de una hora ante la sede consular, lo había convocado la Asociación de Amigos y Familiares de las Víctimas de la Inmigración Clandestina (AAFVIC), que preside Jalil Jemmah. "Yo mismo recibí una llamada del caid [jefe d...

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La Gendarmería hizo irrupción de madrugada en el pueblo marroquí de Hansala, en la provincia de Beni Mellal. Acudió para impedir que 13 de sus vecinos, padres o hermanos de víctimas del naufragio de una zodiac repleta de inmigrantes frente a Rota, el 25 de octubre, viajaran a Casablanca para protestar ante el Consulado español.

El plante, consistente en una sentada de una hora ante la sede consular, lo había convocado la Asociación de Amigos y Familiares de las Víctimas de la Inmigración Clandestina (AAFVIC), que preside Jalil Jemmah. "Yo mismo recibí una llamada del caid [jefe de policía local] advirtiéndome que la manifestación quedaba prohibida, pero me negué a acatarla si no me entregaban una orden por escrito", explica Jemmah.

La asociación y los familiares querían dejar patente su indignación por la tardanza de la Administración española en comunicarles los resultados de las pruebas de ADN a las que padres y hermanos se sometieron en el Consulado, hace 56 días, para poder identificar a los 35 cadáveres -sobre un total de 37- recuperados en la costa gaditana. "Es un trámite que, según los expertos, tarda sólo 20 días", asegura Jemmah.

"Sin identificación no hay posibilidad de repatriar los cadáveres y darles una sepultura digna", subraya Jemmah. Las familias no pueden costear la devolución de los cadáveres, que ronda los 3.000 euros por ataúd, pero el impacto de aquella tragedia incitó a la Fundación Hassan II, vinculada al palacio real marroquí, a anunciar que se haría excepcionalmente cargo de su coste.

El despliegue policial en torno al edificio impidió cualquier acto de protesta a los miembros de la asociación y a la veintena de familiares que, procedentes de otros lugares de Marruecos, habían viajado a Casablanca. El cónsul, José Luis Roselló, recibió a una delegación de media docena de personas encabezadas por Jemmah. Rehusó comprometerse a dar un plazo para la entrega de los resultados del análisis de ADN pero, según fuentes diplomáticas, tomó nota de las quejas y prometió trasladarlas a las autoridades en España.

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