LA POSGUERRA DE IRAK

El ex responsable estadounidense de la búsqueda de armas en Irak acusa a la CIA de exagerar

La Casa Blanca anuncia que revisará los informes del espionaje anteriores a la guerra

David Kay, el ex jefe de la misión estadounidense encargada de buscar armas de destrucción masiva en Irak, ha acusado a la CIA de haber exagerado la importancia del arsenal de Sadam Husein, limitando así la responsabilidad de la Casa Blanca. Según Kay, los servicios de espionaje no supieron distinguir entre las intenciones del dictador y la realidad, y sobre todo no entiendieron que, mucho antes de la guerra, el régimen iraquí, en avanzado estado de corrupción, había caído en una espiral surrealista que le impidió concretar sus aspiraciones bélicas, bacteriológicas, químicas o nucleares.
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David Kay, el ex jefe de la misión estadounidense encargada de buscar armas de destrucción masiva en Irak, ha acusado a la CIA de haber exagerado la importancia del arsenal de Sadam Husein, limitando así la responsabilidad de la Casa Blanca. Según Kay, los servicios de espionaje no supieron distinguir entre las intenciones del dictador y la realidad, y sobre todo no entiendieron que, mucho antes de la guerra, el régimen iraquí, en avanzado estado de corrupción, había caído en una espiral surrealista que le impidió concretar sus aspiraciones bélicas, bacteriológicas, químicas o nucleares.

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Ha sido un fin de semana especialmente duro para el presidente George W. Bush. Las revelaciones de Kay, nombrado el pasado verano para cumplir una misión, que según EE UU, la ONU no había sabido o querido asumir, han provocado un terremoto en Washington.

El portavoz de Bush, Scott McClellan, aseguró ayer que el Gobierno revisará los informes del espionaje previos al conflicto aunque en ningún momento cuestionó la invasión. "Sadam era un peligro y una amenaza y el presidente tomó la buena decisión al derrocarlo", dijo McClellan. "Queremos comparar la información que teníamos antes de la guerra con lo que ha descubierto nuestra misión en Irak. Su trabajo todavía no ha terminado".

Kay dimitió el pasado viernes en protesta por los constantes recortes de sus efectivos que siguen incluyendo a más de 1.000 especialistas. Pese a haber sido increíblemente crítico, el ex inspector ha intentado limitar el alcance político de sus declaraciones y ha culpado a la CIA de los gravísimos errores de valoración cometidos antes de la guerra. En una entrevista publicada ayer por el diario The New York Times, Kay dejó a los servicios de espionaje a la altura del betún. La CIA, dijo, no supo entender que el régimen estaba en las últimas y que el propio Sadam había perdido el sentido de la realidad. Los científicos iraquíes pronto descubrieron que, proponiendo grandiosos planes de destrucción, podían hacerse con un dinero fácil.

"Estoy personalmente convencido de que no se fabricaron recientemente grandes cantidades de armas de destrucción masiva. No hemos visto ni la gente, ni los documentos, ni las fábricas que hubierámos esperado encontrar para demostrarlo", aseguró Kay. "Creo que fue reduciendo su arsenal a lo largo de los años 90. En ese período, el amplio material químico fue eliminado"agregó el experto quien insistió en que, aunque Bagdad siguió experimentando con este tipo de armas, ya no volvió a producirlas masivamente. Entre 2000 y 2001, el programa nuclear era a lo sumo rudimentario, aclaró Kay.

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Los laboratorios móviles bacteriológicos, que EE UU denunció como una de las últimas creaciones de Sadam, nunca existieron, y la Guardia Republicana, la unidad de élite del presidente iraquí, tampoco tenía listas armas químicas para usar contra los soldados estadounidenses, especificó el ex inspector.

Kay también aseguró que el régimen de inspecciones de la ONU, tan criticado por EE UU, había funcionado mucho mejor de lo esperado. "Los iraquíes pensaban que Unscom (la agencia de Naciones Unidas) era eficaz y no querían que los pillara". Los bombardeos estadounidenses de 1998, que se llevaron a cabo poco después de que Unscom abandonara Irak, destruyeron la mayor parte de la infraestructura iraquí de armas químicas. La CIA, reveló Kay, se aficionó tanto a los datos que le mandaba la ONU desde el terreno, que después de su evacuación no supo encontrar fuentes alternativas de información, de ahí que luego cometiera tantos fallos.

El Gobierno de Washington, por ahora, se mantiene en sus trece. Hace una semana, en su discurso sobre el estado de la Unión, Bush aseguró que Kay había identificado "docenas de programas relacionados con las armas de destrucción masiva y cantidades significativas de material que Irak ocultó a la ONU". Días más tarde, el vicepresidente, Dick Cheney, repitió que todavía se desconocía "el alcance de todo lo que tenían" los iraquíes.

Pero la teoría oficial ha empezado a resquebrajarse. El secretario de Estado, Colin Powell, que hace un año presentaba a la ONU "pruebas contundentes" sobre las intenciones destructivas de Sadam, dio marcha atrás este fin de semana. Respondiendo a la dimisión de Kay, aseguró: "La pregunta es saber cuantas armas tenían almacenadas, en caso de que las tuvieran y dónde están ahora. Si no las tenían ¿cómo no se supo antes?".

Pregunta a la que ahora deberá responder el sustituto de Kay. Es poco probable, sin embargo, que Charles Duelfer, de 51 años, respalde a la Casa Blanca. Número dos de la comisión de la ONU encargada de desmantelar el arsenal de Sadam, de 1993 al 2.000, Duelfer ya ha puesto en duda la existencia del programa armamentístico iraquí. "Creo que Kay y su equipo han trabajado muy duro. Creo que la razón por la que no han encontrado nada y es que probablemente no haya nada", comentó a principios de año a la cadena NBC.

El presidente George W. Bush, ayer en Little Rock.ASSOCIATED PRESS

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