El PP duplicó hasta los 927 millones las facturas del Consell sin contabilizar

El importe de las facturas pendientes de pago que el Consell del PP guarda cada año en el cajón y que no contabiliza a la hora de la liquidación del presupuesto, según ha venido denunciando en sucesivos informes de los últimos ejercicios la Sindicatura de Comptes, se dobló en cuatro años, ya que de los 411,79 millones de euros del año 1999 se pasó a los 927,18 millones de euros de 2002. La mayor parte de esa cantidad, 840 millones, correspondía a facturas de la Consejería de Sanidad referidas a programas de asistencia sanitaria. En 1996, primer año de gestión del PP en la Generalitat, las fact...

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El importe de las facturas pendientes de pago que el Consell del PP guarda cada año en el cajón y que no contabiliza a la hora de la liquidación del presupuesto, según ha venido denunciando en sucesivos informes de los últimos ejercicios la Sindicatura de Comptes, se dobló en cuatro años, ya que de los 411,79 millones de euros del año 1999 se pasó a los 927,18 millones de euros de 2002. La mayor parte de esa cantidad, 840 millones, correspondía a facturas de la Consejería de Sanidad referidas a programas de asistencia sanitaria. En 1996, primer año de gestión del PP en la Generalitat, las facturas en el cajón sumaron 73,71 millones de euros, que pasaron a 242,54 un año después y a 44,7,70 en 1998.

"Esta es la herencia de Zaplana", señala Cristina Moreno, portavoz de economía del Grupo Socialista de las Cortes. "La bola es cada vez más grande y hay que pararla como sea", señala la parlamentaria, quien insiste en algo que ya dijo a finales del pasado año, durante la tramitación de los presupuestos de la Generalitat para 2004: que hace falta un plan de saneamiento de las cuentas públicas. Según Moreno, ante la gravedad del problema el PP ha confeccionado unos presupuestos "de excepción", porque ha visto que "no tienen dinero", pero lo primero que tienen que hacer es "asumir que tienen ese agujero".

La diputada socialista muestra su preocupación porque mientras Eduardo Zaplana, cuando llegó, "se encontró con dinero en caja, con fondos europeos y con un momento de crecimiento económico", su sucesor, Francisco Camps "tiene la caja vacía y dispondrá de menos fondos comunitarios".

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