Los primeros Goya de Aguirre

Una gigantesca "G" de Goya dorada presidía ayer la entrada al edificio de Correos de la Puerta del Sol de Madrid, sede del Gobierno de la Comunidad. Tras ella, y por primera vez, su presidenta, Esperanza Aguirre, sobria, con un pantalón negro y una chaqueta cruda, hacía de anfitriona de los candidatos a los Premios Goya, que se entregarán el próximo día 31 de enero en el Palacio de Congresos de Madrid. Junto a ella, Mercedes Sampietro, recién elegida presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, vestida con un traje pantalón fresa. Una imagen menos glamurosa que la of...

Una gigantesca "G" de Goya dorada presidía ayer la entrada al edificio de Correos de la Puerta del Sol de Madrid, sede del Gobierno de la Comunidad. Tras ella, y por primera vez, su presidenta, Esperanza Aguirre, sobria, con un pantalón negro y una chaqueta cruda, hacía de anfitriona de los candidatos a los Premios Goya, que se entregarán el próximo día 31 de enero en el Palacio de Congresos de Madrid. Junto a ella, Mercedes Sampietro, recién elegida presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, vestida con un traje pantalón fresa. Una imagen menos glamurosa que la ofrecida en otras ocasiones por la ex presidenta Marisa Paredes, siempre vestida de Sybila.

"Que no se haga un teatro siempre es malo", opina la actriz Mercedes Sampietro

Héctor Alterio, emocionado, recibió el más caluroso de los aplausos

La negativa de Aguirre a construir el teatro del Canal, como pretendía el ex presidente de la Comunidad de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón, tuvo una clara respuesta de rechazo por parte de la gente del cine, que apenas aplaudió su discurso. "Sería una temeridad por mi parte opinar", dijo Sampietro, Goya a la mejor actriz de 2003. "He estado fuera haciendo teatro y no puedo emitir un juicio. Sé lo que he leído en la prensa, pero que no se haga un teatro siempre es malo", zanjó la cuestión. Más combativo se mostró el actor Daniel Guzmán, nominado al mejor corto: "Para mí no hay ningún argumento para no hacer el teatro, pero cada uno protesta a título personal".

La polémica del teatro no salpica a Isabel Coixet, nominada por Mi vida sin mí y residente en Barcelona. Está convencida de que éste es el año de Icíar Bollaín con Te doy mis ojos, que no acudió porque acaba de dar a luz. "Lo tengo muy duro, pero tengo un buen perder. Los académicos han sido muy generosos nominando a Sarah Polley sin conocerla. Ella está muy ilusionada", señaló Coixet. Su vecino en Barcelona Cesc Gay, director de En la ciudad, no acudió pese a estar seleccionado.

Quien no faltó fue David Trueba, acompañado por su esposa y protagonista de su película Soldados de Salamina, Ariadna Gil. Piensa que ser la cinta española candidata a los Oscar puede restarles votos, y se muestra cauto: "El 50% de los nominados a mejor director son mujeres (Coixet y Bollaín). A este paso, en poco tiempo paso a ser minoría de director masculino y feo", bromeó.

Ariadna Gil, de negro con una cazadora de cuero rojo, asegura que disfrutaría más si este año le entregaran el Goya que hace diez le dieron por Belle Époque. "Ahora soy más consciente", dijo sin querer entrar en quinielas. Por la alfombra roja pasaron también Laia Marull y Adriana Ozores, también nominadas a mejor actriz. Sólo faltó Sarah Polley, que vive en Canadá.

Cuando les tocó el turno de hacerse la foto a los mejores actores de 2003, Ernesto Alterio, protagonista de Días de fútbol, salió solo. Javier Cámara, Alfredo Landa y Luis Tosar, este último en el festival de Sundance presentando Te doy mis ojos, no fueron. El otro Alterio, Héctor, salió emocionado como Goya honorífico y recibió el más caluroso de los aplausos.

Este año la ceremonia de la fiesta fue distinta a la de anteriores ocasiones. Por primera vez se exhibieron imágenes de las cintas, y tras la proyección de cada categoría salieron los nominados a hacerse la foto, más numerosos en los casos de los premios técnicos. En su discurso, Sampietro anunció que a Cayetana Guillén Cuervo la acompañará en el escenario como presentador Diego Luna, intérprete de la película mexicana Amores perros. "Se dijo que la gala de los Goya iba a ser en diferido, y no es así. No tendría sentido", informó la presidenta, que quiso agradecer el trabajo de quienes hace casi dos décadas crearon la academia.

María Valverde, la lolita de La flaqueza del bolchevique, nominada a actriz revelación, acudió con su prima al acto. "No he dejado venir a mis padres. Mi padre me acompañará en la gala. Está más nervioso que yo", contó vestida con vaqueros y un top de pedrería dorada que le dejaba un hombro al aire. No sólo fueron los nominados a esta fiesta. Se pudo ver allí a los directores Gerardo Herrero, Andrés Vicente Gómez y Ventura Pons, a los productores Enrique Cerezo, Eduardo Campoy y Agustín Almodóvar, y a actores como Jordi Moyá.