De invitado a presidente

En una más de tantas peculiaridades del PNV, Josu Jon Imaz entró ayer a la asamblea de su partido como un mero invitado, fórmula arbitrada tras advertirse el despropósito de que no tuviera derecho ni a estar presente, y salió convertido en presidente.

Imaz será proclamado hoy y se esperan de su discurso algunas pistas sobre sus intenciones en la administración de una ponencia, que, en otra de esas singularidades, le han redactado sus contrincantes.

La incógnita de la sesión de hoy es si Arzalluz hará un discurso de despedida. Los partidarios de Egibar así lo quieren, pero él ayer...

En una más de tantas peculiaridades del PNV, Josu Jon Imaz entró ayer a la asamblea de su partido como un mero invitado, fórmula arbitrada tras advertirse el despropósito de que no tuviera derecho ni a estar presente, y salió convertido en presidente.

Imaz será proclamado hoy y se esperan de su discurso algunas pistas sobre sus intenciones en la administración de una ponencia, que, en otra de esas singularidades, le han redactado sus contrincantes.

La incógnita de la sesión de hoy es si Arzalluz hará un discurso de despedida. Los partidarios de Egibar así lo quieren, pero él ayer se resistía. "¿Qué voy, a dejar testamento? No, no, no", negaba con vehemencia el presidente saliente a Joseba Egibar, quien le rogaba "al menos unas palabrillas" hoy a la asamblea. "Mañana [por hoy] hablará el nuevo ¿no?, el que viene. Es lo que toca", razonaba Arzalluz.

El veterano dirigente volvió a repetir que se va porque quiere, olvidando el rechazo a los intentos por prolongar su mandato que realizó Egibar, y dijo que lo hace con "normalidad feliz" y que seguirá en el partido pero no intervendrá "en asuntos de cargos".

La reunión que hoy termina fue un mero trámite, en el que, pese a que nada se debatía en el auditorio, se impuso a los medios informativos un "cordón sanitario" que impedía todo contacto, incluido el visual, con los asistentes.