RTVV en quiebra

Según el informe de la Sindicatura de Comptes, y de acuerdo con la ley, el ente público RTVV se encuentra en situación de disolución por quiebra de sus dos mercantiles, TVV y Ràdio 9. La pésima dirección financiera unida a la desastrosa dirección programática ha desembocado en el desastre. Y es que no ha habido un proyecto con unos objetivos claros. De los que se derivan de la ley de creación de la RTVV, ninguno. En especial, por lo que se refiere al uso y promoción del valenciano. La presencia del castellano es abrumadora. Y en cuanto a la programación, más parece que sea la de cualquier cade...

Según el informe de la Sindicatura de Comptes, y de acuerdo con la ley, el ente público RTVV se encuentra en situación de disolución por quiebra de sus dos mercantiles, TVV y Ràdio 9. La pésima dirección financiera unida a la desastrosa dirección programática ha desembocado en el desastre. Y es que no ha habido un proyecto con unos objetivos claros. De los que se derivan de la ley de creación de la RTVV, ninguno. En especial, por lo que se refiere al uso y promoción del valenciano. La presencia del castellano es abrumadora. Y en cuanto a la programación, más parece que sea la de cualquier cadena de las que emiten desde Madrid para toda España que la propia de una comunidad autónoma con lengua y cultura propias. Incluso los protagonistas y participantes son, la mayoría de las veces, los mismos, ya se trate de periodistas, tertulianos o invitados. Hay días en que los personajes que primero se han podido ver en Tele 5 o Antena 3, por ejemplo, luego aparecen por la tarde/noche en Canal 9 e, incluso, tratando idénticos temas, sean políticos (Panorama d'actualitat, La Panderola) o de la entrepierna (Tómbola, La bomba, Café de Ximo...). Y es que la televisión valenciana no ha tenido al frente de su dirección verdaderos profesionales. Sólo personas al servicio del poder político. No se ha cumplido ninguno de los fines para los que fue creada. Para lo que sí ha servido es para la promoción personal de un pájaro político sin escrúpulos, que voló a Madrid en la primera ocasión que tuvo, dejando al ente público endeudado hasta las cejas, lo mismo que a la Generalitat. Y esto que digo son faves comptades. Comptades pel Síndic de Comptes. Pero estamos en un país, como decía Fuster, inversemblant, y según Josep Vicent Marqués, perplex. Leo en un panfleto zaplanista local, firmado por su director, que el presidente Camps "ha resultado ser un estafador que nos ha timado a todos". ¡Ostras! Uno creía que el verdadero estafador-timador, era el pájaro que voló a Madrid dejándonos endeudados. Pues, no. Es el señor Camps que acaba de llegar. "Salvoret, ¿què fem?".

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