Un hombre mata a su mujer de una paliza en Vallecas

Tras el crimen, el presunto homicida se entregó en una oficina de la Policía Municipal

Pilar Fernández Marín, de 40 años, murió ayer a las seis de la mañana tras recibir un golpe en la cabeza que supuestamente le propinó con una silla su marido, Fernando L. D., de 48 años, durante una riña en el domicilio de ambos, situado en la calle de Sierra del Robledal, 9 (Puente de Vallecas). Tras el crimen, el supuesto homicida, en calzoncillos y ensangrentado, se entregó a los agentes de una dependencia de la Policía Municipal situada frente al domicilio familiar. Este nuevo homicidio eleva a 96 las muertes violentas registradas en la región en lo que va de año.

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Pilar Fernández Marín, de 40 años, murió ayer a las seis de la mañana tras recibir un golpe en la cabeza que supuestamente le propinó con una silla su marido, Fernando L. D., de 48 años, durante una riña en el domicilio de ambos, situado en la calle de Sierra del Robledal, 9 (Puente de Vallecas). Tras el crimen, el supuesto homicida, en calzoncillos y ensangrentado, se entregó a los agentes de una dependencia de la Policía Municipal situada frente al domicilio familiar. Este nuevo homicidio eleva a 96 las muertes violentas registradas en la región en lo que va de año.

El distrito de Puente de Vallecas se despertó ayer con una nueva víctima de la violencia doméstica. Pilar Fernández Marín, de 40 años, perdió la vida tras una brutal paliza propinada supuestamente por su marido, Fernando L. D., de 48 años. Para finalizar la pelea, el presunto homicida estampó una silla en la cabeza de Pilar causándole la muerte por un traumatismo craneoencefálico severo. Después se entregó a los agentes de una dependencia de la Policía Municipal, situada justo frente a su domicilio. Allí confesó el crimen.

El presunto homicida relató después a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que su mujer había llegado "ebria" a las cinco y media de la madrugada y que ambos habían tenido una "discusión", fruto de la cual "creía" que la había matado. Los agentes hallaron el cuerpo de la mujer tendido en el suelo, boca arriba, semidesnudo y cubierto de sangre. Las mismas fuentes aseguraron que la pelea tuvo una gran virulencia, ya que la mayoría de los muebles y elementos decorativos de la vivienda mostraban un gran deterioro por los golpes y algunos de ellos estaban rotos.

Los vecinos culpan a Fernando. Según el vecindario del número 9 de la calle de Sierra del Robledal, este hombre trabajaba habitualmente por la noche, "aunque ayer libró". Ella trabajaba limpiando casas. El agresor, que residía en el inmueble "desde hace 30 años", "tenía problemas con el alcohol y las drogas", señaló uno de los residentes del inmueble. "Estuvo casado con otra mujer y tenía cuatro hijos, pero ella le abandonó porque también la maltrataba", matizó el hombre.

Estuvo embarazada

Otra vecina explica que la víctima "estuvo embarazada, pero abortó hace cuatro meses". "Las voces y las peleas eran casi continuas. La llamaba de todo a la pobre chica. Él era un alcohólico y un drogadicto", señaló la misma mujer. Ayer, un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía confirmaba la confesión del homicida, y también que éste poseía antecedentes policiales "por varios actos delictivos". De la agredida, nada constaba en los archivos policiales, según el mismo portavoz.

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A media mañana de ayer, un visillo blanco en la única ventana del sótano donde residía la pareja ocultaba el interior de la casa. En el mínimo alféizar de la ventana, justo sobre la acera de la calle, cuatro macetas vacías, introducidas unas en otras, ofrecían al vecindario un irreal aire de normalidad.

El portavoz adjunto del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Óscar Iglesias, exigió la reunión "urgente" del Consejo de Seguridad de Madrid y la creación de una ley específica contra la violencia de género.

Con este nuevo crimen, las muertes violentas en Madrid se elevan a 96. Cinco de estas muertes corresponden a mujeres fallecidas tras ser agredidas por sus maridos o ex maridos. En el conjunto del territorio español, las mujeres muertas por casos de violencia sexista son unas setenta.

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