Los musulmanes de Francia se muestran contrarios a la prohibición de signos religiosos en la escuela

El presidente francés Jacques Chirac dará a conocer hoy su decisión sobre la propuesta de prohibir la exhibición de signos religiosos en la escuela pública, que le ha sido solicitada por un grupo de asesores presidido por Bernard Stasi. Todo parece indicar que el presidente seguirá el consejo de este grupo, pese a las críticas del Consejo del Culto Musulmán, entidad organizada hace sólo unos meses, cuyo órgano directivo acusa a los asesores de Chirac de "estigmatizar a los musulmanes" y preconizar "disposiciones discriminatorias" contra ellos. El Gran Rabino de Francia y los principales sindic...

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El presidente francés Jacques Chirac dará a conocer hoy su decisión sobre la propuesta de prohibir la exhibición de signos religiosos en la escuela pública, que le ha sido solicitada por un grupo de asesores presidido por Bernard Stasi. Todo parece indicar que el presidente seguirá el consejo de este grupo, pese a las críticas del Consejo del Culto Musulmán, entidad organizada hace sólo unos meses, cuyo órgano directivo acusa a los asesores de Chirac de "estigmatizar a los musulmanes" y preconizar "disposiciones discriminatorias" contra ellos. El Gran Rabino de Francia y los principales sindicatos también se oponen.

La comisión Stasi ha pedido la prohibición de signos "ostensibles" en la escuela pública para hacer respetar el principio laico de la República, enumerando que esos signos ostensibles son el velo islámico, la kipá de los judíos o las cruces o crucifijos cristianos. Pero los debates organizados por radios y televisiones han versado sobre las muchachas con la cabeza cubierta -por un velo o un simple pañuelo- que se observan en número creciente en los centros de enseñanza. Un sondeo de la revista Elle asegura que el 53% de las musulmanas francesas se oponen a los signos religiosos en la escuela y el 81% de ellas nunca se ponen el velo.

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No menos críticas ha recibido la propuesta del comité de reconocer una festividad musulmana y otra judía. En este caso, el portaestandarte de las críticas es el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, contrario a tal posibilidad. Raffarin es un hombre de toda confianza de Chirac y su postura no puede interpretarse como una divergencia con el presidente, sino un aviso de que éste no está de acuerdo con tales festividades.

Portavoces de la derecha en el poder consideran incoherente ampliar el calendario de fiestas cuando acaba de decidirse la supresión de una de las existentes, el lunes de Pentecostés, que será laborable para financiar programas de ayuda a la vejez. Medef, la principal organización patronal francesa, ha hecho saber que la creación de dos nuevas fiestas no le parece una buena idea.

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