Reportaje:

Un respiro para los que cuidan

El Programa Respir sustituye a la familia durante cortos periodos en el cuidado de un allegado con discapacidad

Ángeles Rodríguez tiene la mirada fija en el techo y la boca entreabierta, y mueve sus labios secos como si intentara emitir algún sonido, algo que la conecte a este mundo. Pero no, Ángeles no está ahí, ella sigue en su constante viaje por el pasado. Esta mujer de 93 años depende absolutamente de sus hijas Ana Castella y Fina Rodríguez. Ellas la lavan, le dan de comer, la peinan, le hablan y se ríen de una cotidianidad completamente ajena a ella.

A principio de este año, Ana y Fina conocieron la existencia del Programa Respir, coordinado por la Diputación de Barcelona, que tiene por obj...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ángeles Rodríguez tiene la mirada fija en el techo y la boca entreabierta, y mueve sus labios secos como si intentara emitir algún sonido, algo que la conecte a este mundo. Pero no, Ángeles no está ahí, ella sigue en su constante viaje por el pasado. Esta mujer de 93 años depende absolutamente de sus hijas Ana Castella y Fina Rodríguez. Ellas la lavan, le dan de comer, la peinan, le hablan y se ríen de una cotidianidad completamente ajena a ella.

A principio de este año, Ana y Fina conocieron la existencia del Programa Respir, coordinado por la Diputación de Barcelona, que tiene por objetivo acoger durante cortos periodos a ancianos y personas con discapacidad psíquica para que los familiares que habitualmente les cuidan disfruten de unos días de respiro. "En Arenys de Munt nos informaron sobre el programa", recuerda Ana, pues este servicio funciona a través de los centros sociales de cada ayuntamiento de la provincia. "Cuando la dejamos internada por un mes nos sentimos muy mal, como si la estuviéramos abandonando. Pero ahora vemos que ella está muy bien y nosotras pudimos descansar", agrega su hermana.

Hasta 2002, unos 1.700 afectados recurrieron al servicio, impulsado por la Diputación

Como Ángeles, en la provincia de Barcelona hay 340.000 ancianos con dependencia, según datos del Instituto de Estadística de Cataluña. En el 80% de los casos, la atención que reciben las personas discapacitadas es prestada por sus familiares, mayoritariamente mujeres. En la provincia sólo existen 5.119 plazas en residencias para ancianos con financiación pública y la situación para discapacitados psíquicos no es mejor: hay 12 residencias en toda Barcelona.

En el Recinto Mundet de Vall d'Hebron se encuentran las instalaciones de Respir, con capacidad para alojar a 55 ancianos y 28 personas con disminución psíquica. Los familiares pueden dejar a sus allegados por un máximo de dos meses al año. Los ancianos deben alojarse durante 15 días como mínimo, mientras que los discapacitados psíquicos pueden quedarse por periodos más cortos. La Diputación sólo dispone de este centro para ayudar a las familias que lo necesitan de toda la provincia de Barcelona, lo que obliga a los interesados a hacer la solicitud de este servicio con hasta seis meses de antelación.

"Nosotros hicimos la solicitud en febrero para poder coger un mes en septiembre", explica Gregorio Hernández, quien junto con su mujer ha disfrutado de este servicio tres veces en los últimos tres años. La suegra de Gregorio, Aurora Zarza, de 70 años, está encantada con el trato que recibe en el centro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los especialistas de Respir también han echado una mano a Rosa María Rodríguez, que tiene un hijo de 36 años que sufre hidrocefalia y además es epiléptico. Su cuidado recae casi exclusivamente sobre Rosa. "Mi marido viaja mucho y en casa ya no queda familia. Mis otros hijos se han emancipado y no viven en Barcelona", explica.

Al principio, el servicio era gratuito, pero hace un año la Diputación de Barcelona decidió cobrar un máximo de 28 euros al día, aunque la tarifa se ajusta a la pensión de cada persona. El coste anual del programa Respir es de 3,5 millones de euros y sólo 154.000 provienen del pago del alojamiento de los familiares. Hasta el año 2002 alrededor de 1.700 familias utilizaron este servicio para dejar a sus parientes con discapacidad o ancianos en las residencias de Mundet, como un escape de la responsabilidad que significa cuidar de estas personas.

Otro de los servicios que ofrece la Diputación a través del Programa Respir son las estancias temporales de personas con disminución psíquica en familias de acogida de las comarcas del Alt Penedès, Anoia, el Bages y Osona.

Entre los años 2000 y 2002, cerca de 280 familias han acogido a 769 personas, para lo que el área de Bienestar Social de la Dipuación ha destinado 90.000 euros.

Para facilitar el trabajo a las familias, la Diputación de Barcelona ha editado 20.000 ejemplares de la guía Cuidar en casa a personas grandes con dependencia. La diputada de Bienestar Social, Núria Carrera, recalca que para las personas que atienden a los ancianos es más importante saber si están cuidando bien a sus parientes dependientes que las horas que emplean para ello.

Archivado En