RADIOGRAFÍA DE LAS CARRETERAS DE ACCESO A LA CAPITAL / 5

"Estamos atrapados en el asfalto, sin salida"

Carlos García tarda hora y media en hacer 25 kilómetros

Carlos García, técnico en seguridad de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, se enfrenta día a día a la misma historia: el gran atasco de la N-IV. El martes, con lluvia y final de puente, este vecino de Valdemoro de 51 años empleó hora y media en recorrer los 25 kilómetros que separan su domicilio, en la calle de Ibiza, de su trabajo, en la calle de Jorge Juan. Por supuesto, llegó tarde. "Esto sólo lo arregla un transporte público eficaz, no como el que tenemos ahora en Valdemoro, en el que vamos como sardinas en lata", señala.

Arranca su coche a las 7.20. Es noche cerrada. En cinco m...

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Carlos García, técnico en seguridad de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, se enfrenta día a día a la misma historia: el gran atasco de la N-IV. El martes, con lluvia y final de puente, este vecino de Valdemoro de 51 años empleó hora y media en recorrer los 25 kilómetros que separan su domicilio, en la calle de Ibiza, de su trabajo, en la calle de Jorge Juan. Por supuesto, llegó tarde. "Esto sólo lo arregla un transporte público eficaz, no como el que tenemos ahora en Valdemoro, en el que vamos como sardinas en lata", señala.

Arranca su coche a las 7.20. Es noche cerrada. En cinco minutos sale a la carretera de Andalucía sin encontrar vehículos a su paso. Los primeros kilómetros todo marcha sobre ruedas, alcanza los 100 por hora. Pero a los pocos minutos, en el kilómetro 21, se topa con la congestión. "Esto va mal, normalmente se para más abajo. Todavía ni hemos llegado a Pinto", murmura. Al rato, sus peores sospechas se confirman, el atasco es de órdago. Una vez visto el panorama, Carlos empieza a sopesar las diferentes opciones para llegar a su trabajo. "Tenemos la M-30, la M-40...". Pero esta vez es imposible acertar, el colapso circulatorio es general. Amanece sobre el asfalto.

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Una hora después de salir de su casa, a las 8.20, ha llegado a la zona de Méndez Álvaro, rodeado de conductores resignados. Casi todos los vehículos están ocupados por una sola persona. "Hoy estamos atrapados, no hay salida. Hagas lo que hagas, sigues acompañado de los mismos coches", protesta.

Alternativa

Carlos no es un forofo del vehículo privado. Alterna el coche propio con el transporte público. Sobre todo utiliza el tren. En Cercanías y Metro tarda unos 50 minutos en llegar hasta Jorge Juan. "Veinte hasta Atocha y 30 hasta el trabajo", puntualiza. En coche, los días con suerte emplea como mínimo 45 minutos, "y luego hay que aparcar". Para Carlos el problema del ferrocarril en Valdemoro estriba en que hay pocos trenes de Cercanías porque la vía está colapsada. "En las horas punta vamos como ganado. Es una vía única que también utilizan los trenes que van para Andalucía, Valencia y Murcia. La única solución es desdoblarla", dice.

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Carlos transita por la carretera de Andalucía desde hace más de 20 años. "Me vine a vivir aquí porque era donde me podía comprar una vivienda". Recuerda que tardaba de Valdemoro a Madrid unos 15 minutos.

A las 8.45 consigue escapar de la M-30 y salir a la calle de O'Donnell. En cinco minutos llega a la imponente fachada de la Fábrica de Moneda y Timbre. Tiene suerte, hoy se libra de buscar sitio, porque su hijo se lleva el coche para ir a buscar a su hermana al aeropuerto. "Sería media hora más", cuenta.

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