Multitudinaria manifestación en Roma contra la reforma del sistema de pensiones

El Gobierno de Silvio Berlusconi proclama que no cederá "a la presión de la calle"

Cientos de miles de personas se manifestaron ayer en Roma contra el proyecto gubernamental de reforma de las pensiones. Fueron menos de 1,5 millones, la cifra calculada por los sindicatos, pero muchos más de 250.000, la estimación del Ministerio del Interior. La jornada de protesta supuso un éxito sindical y demostró que la reforma era impopular (seis de cada 10 ciudadanos están en contra, según los sondeos), pero no tuvo consecuencias inmediatas: el Gobierno de Silvio Berlusconi proclamó que no cedería "a la presión de la calle" y seguiría adelante con el proyecto de ley.

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Cientos de miles de personas se manifestaron ayer en Roma contra el proyecto gubernamental de reforma de las pensiones. Fueron menos de 1,5 millones, la cifra calculada por los sindicatos, pero muchos más de 250.000, la estimación del Ministerio del Interior. La jornada de protesta supuso un éxito sindical y demostró que la reforma era impopular (seis de cada 10 ciudadanos están en contra, según los sondeos), pero no tuvo consecuencias inmediatas: el Gobierno de Silvio Berlusconi proclamó que no cedería "a la presión de la calle" y seguiría adelante con el proyecto de ley.

Más de 3.000 autocares y cinco trenes especiales llevaron hasta Roma a gente de toda Italia. Los tres grandes sindicatos, CGIL, CISL y UIL, concentraron a los suyos cerca de tres estaciones y confluyeron en la plaza de San Giovanni. El escenario de la concentración se quedó pequeño y parte de los manifestantes tuvieron que permanecer en las calles adyacentes. La música de Manu Chao y el lema No a la contrarreforma de las pensiones dominaron el ambiente. Los dirigentes sindicales Savino Pezzotta, Giuglielmo Epifani y Luigi Angeletti proclamaron que las movilizaciones continuarían hasta acabar con el plan de Berlusconi, que, con fecha 2006, retrasa desde los 60 a los 65 años la edad de jubilación para los hombres y acelera la transición hacia un sistema contributivo.

Los sindicatos, sin embargo, mantenían estrategias distintas para el día después de la gran manifestación. Pezzotta tenía intención de presentar al Gobierno una contrapropuesta y buscar negociaciones a partir de ambos textos; Angeletti y Epifani, en cambio, exigían que el Gobierno renunciara por completo a su proyecto antes de empezar a hablar. Berlusconi, en Túnez, no quiso hacer comentarios.

Cabeza de la manifestación contra la reforma de las pensiones celebrada ayer en Roma.ASSOCIATED PRESS

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