Editorial:

Exhibición de matices

La elección del presidente y de la Mesa del Parlament de Catalunya celebrada ayer no formó parte de un paquete global que incluya una alianza de Gobierno. Algunos lo deseaban, sobre todo los socialistas (PSC). Otros, como Esquerra Republicana (ERC), el partido bisagra, preferían apurar los beneficios de un proceso negociador prolongado que afronta ya sus últimas y decisivas horas y que parece inclinarse hacia un pacto de izquierda plural. Pero si la elección de la Mesa no certifica aún el desenlace de ese proceso negociador, sí ofrece pistas de interés para el futuro más inmediato, adicionales...

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La elección del presidente y de la Mesa del Parlament de Catalunya celebrada ayer no formó parte de un paquete global que incluya una alianza de Gobierno. Algunos lo deseaban, sobre todo los socialistas (PSC). Otros, como Esquerra Republicana (ERC), el partido bisagra, preferían apurar los beneficios de un proceso negociador prolongado que afronta ya sus últimas y decisivas horas y que parece inclinarse hacia un pacto de izquierda plural. Pero si la elección de la Mesa no certifica aún el desenlace de ese proceso negociador, sí ofrece pistas de interés para el futuro más inmediato, adicionales a la confirmación de Ernest Benach (ERC) como titular de la presidencia del Parlamento.

La primera es que CiU pierde por vez primera en su historia la centralidad parlamentaria. Siendo la primera minoría, bien que menguante, debe conformarse con un tercer puesto en el hemiciclo, y eso sin mediar siquiera pactos de gobierno, porque no ha atraído para sí ni un voto más de los previstos. La segunda es que la campaña emprendida por el secretario general del PP, Mariano Rajoy, tratando de demonizar a Esquerra y acusando a nacionalistas y socialistas de "falta de personalidad" por apoyar a su representante como nuevo presidente de la Cámara, cosecha un resultado cero en Cataluña, como lo evidencia que los propios populares catalanes se hayan abstenido, sin presentar candidato alternativo.

La tercera enseñanza viene de la exhibición de matices que ha hecho el Parlamento catalán, en contraste con el maniqueísmo de la política española. Nadie, ni los radicales, ha querido dejar fuera de la institución al PP en esta primera votación del nuevo hemiciclo. Y la ausencia de Iniciativa, la menor de las formaciones, se considera transitoria, dado el consenso tácito en incorporarla en el momento en que fragüe -si fragua- el pacto de la izquierda plural. Pero lo más positivo de la sesión fue el buen clima político con que se ha constituido el nuevo Parlamento, algo doblemente destacable dada la densidad y retos del final del pujolismo y el complejo alumbramiento de una nueva etapa política.

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