"Si utilizo el coche gano media hora al regresar a casa"
Irene Herrera tarda 50 minutos desde Torrejón
Irene Herrera, arquitecta de 25 años, vive en Torrejón de Ardoz, y trabaja en un estudio ubicado en la calle de Burgo de Osma, a dos pasos de Arturo Soria. Como media, emplea aproximadamente 50 minutos en realizar este trayecto por la siempre concurrida N-II. Sin coches, el mismo recorrido se hace en 20 minutos. Pero, el pasado lunes, el tráfico se complicó y tardó una hora y cuarto. "Mi novio dice que me estreso por cualquier cosa... ¡ya ves!", dice resignada tras una hora aferrada al volante. Claro que Antonio vive y tiene su empleo en el mismo Torrejón de Ardoz. "Va andando desde su casa y ...
Irene Herrera, arquitecta de 25 años, vive en Torrejón de Ardoz, y trabaja en un estudio ubicado en la calle de Burgo de Osma, a dos pasos de Arturo Soria. Como media, emplea aproximadamente 50 minutos en realizar este trayecto por la siempre concurrida N-II. Sin coches, el mismo recorrido se hace en 20 minutos. Pero, el pasado lunes, el tráfico se complicó y tardó una hora y cuarto. "Mi novio dice que me estreso por cualquier cosa... ¡ya ves!", dice resignada tras una hora aferrada al volante. Claro que Antonio vive y tiene su empleo en el mismo Torrejón de Ardoz. "Va andando desde su casa y en 20 minutos ha llegado".
Irene lleva un año utilizando su coche para trasladarse a Madrid. Antes era una asidua del transporte público. "Cogía dos autobuses. Pero al tener vehículo propio cambié mis hábitos, porque gano una media hora al volver a casa, y es tiempo que puedo aprovechar". Cada día, a las 7.50, Irene se despide de su madre.
La primera retención de la N-II se produce debido a la curva del puente de San Fernando. "Esto siempre es igual. Desde que empecé a estudiar en Madrid, me encuentro con el mismo atasco. Según pasas el puente, ya coges velocidad". Pero es una alegría ficticia. Al momento, vuelven los parones. "Ahora es la incorporación a la M-40", aclara Irene, que se conoce al dedillo los puntos conflictivos.
Irene tenía bastantes esperanzas depositadas en autopista de peaje R-2. "Pero el atasco sigue igual, inmutable. Yo creo que solucionó más la apertura de la M-45". A la altura de la salida al aeropuerto, la carretera se despeja. Son las 8.50 cuando Irene deja la N-II y toma el desvío a Arturo Soria. Ahora comienza otro calvario de frenazos. "En estas calles hay muchos colegios y esto se pone imposible de coches", explica.
Tarda cinco minutos en encontrar un hueco para aparcar en la calle de Añastro. A las nueve y diez abre la puerta del estudio.