Boca gana la Liga y Bianchi se va

El Boca es campeón de Liga y es una pena empañar la alegría de los hinchas del club más popular. Todavía nadie sabe aquí lo que el entrenador Carlos Bianchi le confesó a EL PAÍS: "Hoy estoy más cerca de dejar de trabajar que de seguir". Sólo el reclamo de sus jugadores y de su familia le daría ánimo para continuar al menos hasta el fin de su contrato con el club de Buenos Aires. Bianchi está cansado, "no del juego, pero sí de otras cosas del fútbol que saturan". Ya no sueña ni con entrenar a la selección argentina ni con un club europeo. "Nada, no quiero más nada", asegura.

Tal como se ...

El Boca es campeón de Liga y es una pena empañar la alegría de los hinchas del club más popular. Todavía nadie sabe aquí lo que el entrenador Carlos Bianchi le confesó a EL PAÍS: "Hoy estoy más cerca de dejar de trabajar que de seguir". Sólo el reclamo de sus jugadores y de su familia le daría ánimo para continuar al menos hasta el fin de su contrato con el club de Buenos Aires. Bianchi está cansado, "no del juego, pero sí de otras cosas del fútbol que saturan". Ya no sueña ni con entrenar a la selección argentina ni con un club europeo. "Nada, no quiero más nada", asegura.

Tal como se esperaba desde que derrotó al River y le dio lo que se llama aquí el baile del siglo, el Boca es campeón de Liga a dos jornadas del final. Ya ganó la Copa Libertadores este año y el próximo 14 de diciembre juega ante el Milan en Tokio por la Copa Intercontinental que cada año disputan el campeón de América y el de Europa. En caso de ganar la triple corona, el Boca lograría igualar su registro del año 2000., cuando venció 2-1 al Real Madrid en Japón.

La alegría de los hinchas del Boca se desbordó ayer por las calles de Buenos Aires como un maremoto que ascendía desde la cancha del Racing, en Avellaneda, al sur, donde le habían ganado 2-1 al Arsenal de Sarandí con goles del delantero centro Colautti y el centrocampista Donet. El remolino de fanáticos rodeó el obelisco y se dispararon bombas de estruendo y fuegos de artificio en el barrio de La Boca. La mayoría de los cantos se dedicaron a las gallinas del River, el clásico y odiado rival: "Ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad, para todas las gallinas, el regalo de papá".

Los 29 goles a favor y 8 en contra, cuando aún restan dos jornadas, indican el rendimiento de un equipo sólido y efectivo, que se reconstruyó a sí mismo después de traspasar a titulares como el delantero Marcelo Delgado o el lateral Hugo Ibarra. El delantero Carlos Tévez fue la gran revelación, acompañado por Pedro Iarley, de 29 años, un media punta brasileño que alguna vez pasó por el Real Madrid y el Celta de Vigo, rescatado al fin por Bianchi del modesto Paysandú de Brasil.

Los que resultan demoledores son los números del entrenador. Carlos Bianchi llegó a sus 300 partidos al frente del Boca y consiguió el 65% de los puntos en juego. Ganó 168, empató 81 y perdió sólo 51 partidos. Entre 1998 y 2001 y 2003, cuando regresó al club después de tomarse el 2002 como año sabático, Bianchi consiguió ocho títulos. Ya antes, en el Vélez, entre 1993 y 1996, Bianchi había ganado 6 títulos.