La instrucción del 'caso Senderowicz' lleva parada casi un año y medio en el juzgado

María Jesús González, la abogada que representa la acusación particular en la muerte de Débora Catalán, que el 25 de enero de 2002 murió en la clínica Icema tras ser intervenida por el médico Gerardo Raúl Senderowicz Hendler, ha enviado un escrito al juzgado número 22, que instruye el caso, quejándose de su pasividad. Desde julio del año pasado, el magistrado no ha practicado ninguna prueba y mantiene el caso paralizado, según protesta la letrada.

La última diligencia que consta en el sumario lleva fecha del 31 de julio de 2002, cuando se tomó declaración a dos trabajadoras de la clínic...

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María Jesús González, la abogada que representa la acusación particular en la muerte de Débora Catalán, que el 25 de enero de 2002 murió en la clínica Icema tras ser intervenida por el médico Gerardo Raúl Senderowicz Hendler, ha enviado un escrito al juzgado número 22, que instruye el caso, quejándose de su pasividad. Desde julio del año pasado, el magistrado no ha practicado ninguna prueba y mantiene el caso paralizado, según protesta la letrada.

La última diligencia que consta en el sumario lleva fecha del 31 de julio de 2002, cuando se tomó declaración a dos trabajadoras de la clínica Icema. Desde entonces, el magistrado no ha respondido a los escritos de la acusación particular, que, entre otras cosas, pedía el análisis de las sustancias decomisadas por la Policía Judicial en el centro médico, la aportación del consentimiento informado previo a la operación de reducción de grasa en los muslos a que se sometió Catalán y las pólizas de los seguros que Icema debía tener vigentes.

"Ni siquiera se ha atendido un tema fundamental que solicité entonces como fue la imposición de fianza al acusado, que ha podido campar a sus anchas durante este tiempo", señaló González. "La única respuesta que recibo del juzgado es que está muy atascado y que no da abasto para tanto trabajo", añadió.

El caso Débora Catalán -bisnieta del célebre pensador Ramón Menéndez Pidal- causó una gran alarma social, ya que murió al ser intervenida en un centro clandestino de la calle de Maldonado, en el distrito de Salamanca.

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