Piqué avisa a los abstencionistas de que "se arrepentirán"
El candidato del PP, Josep Piqué, concluyó ayer su campaña con el mismo mensaje que ha repetido en los últimos días. Advirtió a todos aquellos que están dudando si votar o no al PP que el lunes podrán "arrepentirse" al ver el Gobierno que se forma en Cataluña, en el que los "independentistas" de Esquerra Republicana tendrán la llave.
Piqué se dirigió ayer directamente a las 800.000 catalanes que en las elecciones generales de marzo de 2000 optaron por la papeleta del PP. Muchos de ellos, como es habitual cuando llegan las autonómicas, no lo volverán a hacer mañana. El candidato les pidi...
El candidato del PP, Josep Piqué, concluyó ayer su campaña con el mismo mensaje que ha repetido en los últimos días. Advirtió a todos aquellos que están dudando si votar o no al PP que el lunes podrán "arrepentirse" al ver el Gobierno que se forma en Cataluña, en el que los "independentistas" de Esquerra Republicana tendrán la llave.
Piqué se dirigió ayer directamente a las 800.000 catalanes que en las elecciones generales de marzo de 2000 optaron por la papeleta del PP. Muchos de ellos, como es habitual cuando llegan las autonómicas, no lo volverán a hacer mañana. El candidato les pidió que "se lo piensen dos veces antes de quedarse en casa" porque, según recordó, el panorama político catalán garantiza que si el PP no puede sumar con CiU los 68 diputados de la mayoría absoluta, la llave quedará en manos de los "independentistas" de ERC.
La diferencia de voto entre las generales y las autonómicas, un fenómeno que también sufre el PSC, suele ser brutal. Según se encargó de recordar ayer Piqué, en las últimas autonómicas (octubre de 1999) el PP obtuvo 295.774 votos. Pocos meses después, en marzo de 2000, 763.982 catalanes dieron su apoyo al partido de José María Aznar. Una diferencia de medio millón de votantes.
Piqué ha desarrollado una campaña muy tranquila, en la que ha tratado de evitar todos los mensajes estridentes que han caracterizado la historia del PP en esta comunidad, donde nunca ha logrado tener ni de lejos una importancia similar a la que goza en el resto de España.
El candidato, ex ministro de Ciencia y Tecnología y de Industria y ex portavoz del Gobierno, militante del PP sólo desde 1999, ha apostado por las formas suaves y los discursos de programa, sin hacer apenas referencia a la reforma del Estatuto que proponen todos los partidos menos el suyo.
Ha preferido centrarse en lo que considera su mayor valor añadido, la marca PP, el "éxito" de la política económica del Gobierno de José María Aznar. Y, pese a las polémicas, ha vendido el AVE como una demostración de que el Ejecutivo central invierte más que nadie en Cataluña.
Sin embargo, en la última semana, cuando los datos le indicaban que el recurso al voto útil podría hacer mucho daño a sus expectativas, Piqué ha subido el tono. En su recorrido por los barrios del cinturón rojo de Barcelona, acompañado de Mariano Rajoy, Rodrigo Rato y Javier Arenas, ha elevado su agresividad contra la inmigración ilegal y, sobre todo, ha tratado de azuzar el voto del miedo a Esquerra Republicana en unos barrios donde residen muchos hijos de inmigrantes andaluces.