España se incorpora al proyecto de defensa europea con Francia, Alemania y Reino Unido

Chirac respalda a Aznar cuando dice que el 'plan Ibarretxe' no puede prosperar en Europa

El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha dejado caer los reparos de fondo, derivados de su vocación atlántica, que impedían a España debatir el proyecto de defensa europea impulsado por Francia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Luxemburgo y, probablemente, Grecia. Sigue habiendo dificultades formales por la concepción del núcleo como algo cerrado que no permite incorporarse a quien quiera, pero ello no impidió que Aznar acordara ayer con Jacques Chirac "profundizar" en el proyecto, según anunció el presidente de Francia.

La 16ª cumbre hispano-francesa sirvió de ocasión para que C...

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha dejado caer los reparos de fondo, derivados de su vocación atlántica, que impedían a España debatir el proyecto de defensa europea impulsado por Francia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Luxemburgo y, probablemente, Grecia. Sigue habiendo dificultades formales por la concepción del núcleo como algo cerrado que no permite incorporarse a quien quiera, pero ello no impidió que Aznar acordara ayer con Jacques Chirac "profundizar" en el proyecto, según anunció el presidente de Francia.

La 16ª cumbre hispano-francesa sirvió de ocasión para que Chirac respaldara cortésmente la opinión de Aznar de que el plan Ibarretxe no tiene ninguna posibilidad de ser aceptado por la Unión Europea. Pero, además, vino a culminar unas consultas que, tras las mantenidas el pasado martes en Berlín, han convencido al presidente del Gobierno de que el cuartel general europeo previsto por París y Berlín no pretende hacer la competencia al de la OTAN y de que la organización regional que promueven esas capitales es perfectamente compatible con la Alianza Atlántica. Debido a esas reservas, Aznar, uno de los pioneros de la idea de defensa europea, había mantenido a España alejada del proyecto incluso después de que el imprevisible Tony Blair incorporara a Londres.

Queda, sin embargo, mucho que precisar. La principal dificultad que el Gobierno español encuentra en la formulación propuesta por la Convención europea radica en que la organización no está abierta a cualquier miembro de la UE que quiera incorporarse, y en la posibilidad de que la política de defensa deje de depender de la unanimidad y pase a ser decidida por mayoría cualificada.

Invitación aceptada

Pese a estos reparos, Aznar aceptó ayer la invitación formal de Chirac para iniciar lo que en lenguaje comunitario se denomina una "cooperación reforzada" en materia de defensa. Ello allana alguno de los problemas que plantea España en la Conferencia Intergubernamental (CIG) que debate la Constitución europea. Pero el principal de todos, el reparto de votos en el Consejo, sigue exactamente donde estaba.

"Me gusta tanto Francia, que soy un enamorado de Niza", bromeó en la conferencia de prensa de ayer Aznar, que se aferra al sistema de voto acordado hace tres años en aquella ciudad francesa y rechaza la reforma propuesta por la Convención. Chirac constató que se mantiene "un punto de divergencia" y expresó confianza en que la presidencia italiana de la UE logre un compromiso. Más comprometidas le resultaron al presidente francés las preguntas acerca del plan Ibarretxe. "No tengo ningún comentario que hacer. Es un asunto interno y me uno a lo que diga Aznar", respondió cuando se le pidió su opinión. El presidente del Gobierno reiteró entonces que el del lehendakari es un plan secesionista que "no tiene ninguna posibilidad de prosperar ni en el marco de la Constitución española ni en el de la Unión Europea ni en el del sentido común. No existe en la UE ni la más mínima posibilidad de que esto sea avalado", insistió.

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Enfrentado a una nueva demanda sobre el asunto, Chirac repitió, claramente molesto: "No tengo nada que añadir a lo que ha dicho el presidente. Asumo y apoyo la opinión de Aznar". Y pidió que se cambiara de tema. Chirac quiere mantenerse al margen de esta cuestión conflictiva, de la que el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, se ocupará en Francia. Su homólogo español, Ángel Acebes, explicó ayer al ministro galo la gravedad del plan Ibarretxe y su carácter "perjudicial" para la lucha antiterrorista.

Acebes expresó, además, su satisfacción porque el Consejo de Estado de Francia rechazara el martes el recurso presentado por Juan María Olano contra su extradición a España. El caso, subrayó el ministro, es significativo porque se trata del primer extraditado por su relación con las Gestoras pro Amnistía y no directamente con ETA.

Pocas novedades que registrar en relación con los grandes problemas bilaterales tratados durante esta cumbre de naciones "hermanas", según dijo Chirac, marcando el contraste con la "amistad íntima" que le une a Alemania. Aznar hizo esperar al presidente francés en la calle más de un cuarto de hora, y pidió en el almuerzo una alternativa al cassoulet que le ofrecían, un pesado guiso de pato confitado con alubias blancas, que es el plato típico de la región.

Francia se comprometió ayer a proseguir unos planes, que hasta ahora dan poco resultado, para reforzar las comunicaciones por carretera con España. También mantiene la promesa hecha hace tres años en Perpiñán de cuadruplicar -hasta 4.000 megawatios- la interconexión eléctrica con España, pero no se precisó cómo. En cuanto al tren de alta velocidad entre Figueras y Perpiñán, el único compromiso es que el mes próximo se seleccionará la empresa adjudicataria que sustituirá a Euroferro. Este consorcio franco-español, integrado por Bouygues y Dragados, renunció el pasado abril porque no considera rentable el proyecto desde que París hizo ver que no está dispuesta a completar el trazado en Francia.

Chirac y Aznar pasean ayer por las calles de Carcasona antes de la cumbre bilateral.ASSOCIATED PRESS

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