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Cosas de mujeres

Debate sobre economía... y los partidos envían a sus sabios. Debate de política general... y los partidos -con la meritoria excepción de Dolors Nadal- envían a sus chicos. Debate sobre sanidad, enseñanza y vejez... y los partidos envían a sus chicas. Allí, en el Canal 33, estaban Irene Rigau, Marta Cid, Alicia Sánchez Camacho, Dolors Comas y Marina Geli. ¿Es que esta última agenda de temas es exclusivamente femenina? ¿Es que no es cosa de hombres? ¿Es que los partidos no tienen ninguna mujer de quien fiarse para hablar de financiación? Las propias participantes en el debate del miércoles adv...

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Debate sobre economía... y los partidos envían a sus sabios. Debate de política general... y los partidos -con la meritoria excepción de Dolors Nadal- envían a sus chicos. Debate sobre sanidad, enseñanza y vejez... y los partidos envían a sus chicas. Allí, en el Canal 33, estaban Irene Rigau, Marta Cid, Alicia Sánchez Camacho, Dolors Comas y Marina Geli. ¿Es que esta última agenda de temas es exclusivamente femenina? ¿Es que no es cosa de hombres? ¿Es que los partidos no tienen ninguna mujer de quien fiarse para hablar de financiación? Las propias participantes en el debate del miércoles advirtieron esta circunstancia: el género monocolor de la reunión. Geli incluso llegó a apuntar una teoría sobre ello: cuando fallan los mecanismos de bienestar social son las mujeres las que tienen más que perder. Tienen que seguir cumpliendo con sus compromisos laborales, si pueden tenerlos, y además han de cuidar a la abuela o llevar a los hijos al médico. Por eso, no sólo porque es justo, es porque son las primeras en dar guerra.

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El debate tenía tres temas previstos para tratar en un tiempo equitativo. Pero se empezó con la educación y había tanto que decir que se abrevió en el resto. Al margen de la inevitable guerra de cifras y de la lluvia de promesas -el moderador, Eduard Boet, apuntó la incredulidad ciudadana sobre cómo se van a pagar tantos paraísos-, el debate del pasado miércoles tuvo una diferencia. Una mayor cercanía de quienes hablaban con los problemas que citaban. Claro que es más probable sufrir una lista de espera sanitaria que sufrir por el PIB, pero eso dio un vigor inédito al debate. Hubo bastante pimpampum a la Generalitat y a los gobiernos de Madrid y diálogo cruzado. Cada una hizo lo que tenía que hacer como abanderada de su partido.

Habrá que feminizar la política. No se trata de cuotas. Se trata de un evocador aroma del discurso.

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