La excusa del terrorismo

Que se utilice el terrorismo como excusa para restringir las libertades individuales es algo a lo que lamentablemente nos estamos acostumbrando sin oponer apenas resistencia. El día 27 de octubre a las 18 horas me encontraba tomando fotografías de la estación de Metro Aragón de Valencia. Fui amonestado, en principio correctamente, por el encargado ya que según él estaba prohibido tomar fotos en el interior de las estaciones del metro. Le contesté que no existía señalización sobre dicha prohibición y que no entendía las razones de esa hipotética restricción. La contestación fue que tenía que fi...

Que se utilice el terrorismo como excusa para restringir las libertades individuales es algo a lo que lamentablemente nos estamos acostumbrando sin oponer apenas resistencia. El día 27 de octubre a las 18 horas me encontraba tomando fotografías de la estación de Metro Aragón de Valencia. Fui amonestado, en principio correctamente, por el encargado ya que según él estaba prohibido tomar fotos en el interior de las estaciones del metro. Le contesté que no existía señalización sobre dicha prohibición y que no entendía las razones de esa hipotética restricción. La contestación fue que tenía que fiarme de su palabra siendo incapaz de mostrarme en qué artículo de la normativa de uso se especificaba dicha prohibición. La razón, siempre según él, del impedimento de hacer fotos era por motivos de terrorismo. Ante mi insistencia sobre mi derecho a tomar fotografías en un lugar público que se ha pagado con mis impuestos me amenazó con llamar a seguridad y confiscarme la cámara.

Lo anterior no sería más que una anécdota si no fuera porque una de las fotos que tomé muestra las considerables goteras de la estación recientemente inaugurada formabando un charco en el suelo que no estaba señalizado. La misma situación en la estación de Amistad.

Por lo que se ve, el celo del empleado estaba encaminado más bien a protegerse a sí mismo, a MetroValencia y a la Consejería de Transporte de las incompetencias siguientes: no recoger el agua, no señalizar los charcos y no corregir las deficiencias constructivas. A pesar de lo odioso y rechazable que es el terrorismo no debemos permitir que se utilice como excusa para cualquier cosa. La probabilidad de un sufrir un atentado, a pesar de toda la exageración mediática, es ridículamente pequeña mientras que la de sufrir un resbalón por la incompetencia de nuestros gobernantes es bastante alta.