Entrevista:LA GENERACIÓN DEL PUJOLISMO MAYRA OLIVIA LUCAS-MAS, abogada | ELECCIONES EN CATALUÑA

"Casi será inconcebible imaginar Cataluña sin Jordi Pujol"

Su currículo abruma. Mayra Olivia Lucas-Mas (Barcelona, 1982) ha sido la tercera persona en España en cursar Derecho en tres años, le faltan meses para licenciarse en Empresariales, ha empezado el doctorado en Derecho Mercantil y ya trabaja en el despacho Cuatrecases mientras sus compañeros de carrera siguen en cuarto. Además es profesora de piano -disfruta con Chopin y Mozart- y cinturón negro de taekwondo. Habla inglés (su madre, cubana, decidió hace años que se dirigiría a sus cinco hijos en ese idioma) y aún le quedan fuerzas para pelearse con el francés y madrugar los domingos para patina...

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Su currículo abruma. Mayra Olivia Lucas-Mas (Barcelona, 1982) ha sido la tercera persona en España en cursar Derecho en tres años, le faltan meses para licenciarse en Empresariales, ha empezado el doctorado en Derecho Mercantil y ya trabaja en el despacho Cuatrecases mientras sus compañeros de carrera siguen en cuarto. Además es profesora de piano -disfruta con Chopin y Mozart- y cinturón negro de taekwondo. Habla inglés (su madre, cubana, decidió hace años que se dirigiría a sus cinco hijos en ese idioma) y aún le quedan fuerzas para pelearse con el francés y madrugar los domingos para patinar por la Diagonal. No se considera una superdotada ni más lista que nadie. Dice que sólo ha acatado las reglas del juego de un mundo competitivo que prima los mejores expedientes (el suyo tiene 27 matrículas). Su secreto es ser responsable, fijarse objetivos, esforzarse y organizarse. Ha tenido grandes maestros: su padre y su hermano Cristian se licenciaron en Derecho en tiempo récord.

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Vestida con tejanos, un jersey rosa y anorak blanco, Mayra no tiene pinta de empollona. Pero ahora agradece que sus padres compensaran su poca popularidad en el colegio -"era gordita y con gafas"- enfocando su vida al estudio. Eso le permitió ganar tiempo al tiempo y formarse a la velocidad de la luz."No he renunciado a nada. He salido con mis amigas y tenido parejas. Pero no me parece atractivo estar cada sábado hasta las siete", dice. Sumida en su carrera, mira con distancia la política, sin definirse entre derecha e izquierda y optando por la neutralidad del centro. Defensora a ultranza de su generación, reprocha a los políticos que no transmitan bien sus mensajes. "Los jóvenes no pasamos de ellos, pero necesitamos referentes y más transparencia. No nos importan sus declaraciones, sino lo que quieren hacer". Ha crecido con Jordi Pujol en el Palau y vaticina que dejará un gran vacío: "Casi será inconcebible imaginar a Cataluña sin él. No sé qué pasará, pero presiento tiempos de cambio".

Su lista de quejas es larga: dice que los pisos están "intocables" y que la oferta cultural -"¡ir a un concierto de jazz vale 20 euros!"- no está al alcance de todos. Y algo más: pide que la Universidad informe mejor a los alumnos de las subvenciones para asistir a seminarios europeos. A ella no se le escapó y este verano estuvo en uno en Cracovia. Ha viajado lo suficiente como para saber que esta Barcelona cosmopolita está lejos del paraíso: explica que el Gobierno sueco ayuda a los jóvenes a independizarse, mientras que aquí hay jóvenes abogados amigos suyos que cobran 200 euros al mes.

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