El centro de apoyo a gays atiende 2.000 casos en un año

El centro organiza grupos de ayuda a padres que rechazan la tendencia sexual de sus hijos

Adultos y jóvenes que viven su homosexualidad con angustia; padres que rechazan la tendencia sexual de sus hijos; transexuales extranjeros que llegan huyendo de la represión en sus países... Éstos son algunos de los usuarios del primer centro madrileño de apoyo social, jurídico y psicológico a homosexuales y transexuales, abierto hace un año en Centro. En doce meses el servicio, prestado por la coordinadora gay Cogam con financiación del Gobierno regional, ha atendido a más de 2.000 usuarios. La mayoría busca ayuda psicológica porque no acepta su orientación sexual.

Los siete profesiona...

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Adultos y jóvenes que viven su homosexualidad con angustia; padres que rechazan la tendencia sexual de sus hijos; transexuales extranjeros que llegan huyendo de la represión en sus países... Éstos son algunos de los usuarios del primer centro madrileño de apoyo social, jurídico y psicológico a homosexuales y transexuales, abierto hace un año en Centro. En doce meses el servicio, prestado por la coordinadora gay Cogam con financiación del Gobierno regional, ha atendido a más de 2.000 usuarios. La mayoría busca ayuda psicológica porque no acepta su orientación sexual.

Los siete profesionales que atienden el centro observan cada día cómo, pese a la apariencia de mayor normalidad, la homosexualidad sigue siendo un estigma en muchos ambientes. A Manuel Ródenas, coordinador y asesor jurídico del servicio (ubicado en Fuencarral, 37), le sorprende que les lleguen tantos jóvenes angustiados por sus tendencias sexuales. "Yo pensaba que la gente más joven tendría menos dificultades para salir del armario porque ha crecido en un Madrid en el que incluso hay un barrio gay, como el de Chueca. Pero parece que las vivencias siguen siendo igual de estigmatizantes y no paran de llegarnos jóvenes con graves problemas para aceptarse a sí mismos", reflexiona.

La mayoría de los 50 asistentes a los grupos de apoyo psicológico no ha superado la treintena. "Muchos no le habían contado a nadie su homosexualidad, algunos incluso se negaban a sí mismos sus preferencias", añade Ródenas.

A menudo la marginación comienza en la propia familia. "Hay padres que reaccionan muy mal si su hijo les confiesa que es homosexual; muchos de ellos evolucionan, pero otros llegan a la ruptura de relaciones", añade el coordinador del servicio. En algunos casos, minoritarios pero reales, algún progenitor ha llegado a la agresión.

Tamara de la Mora, trabajadora social del centro, puntualiza que los casos que ellos atienden son los más problemáticos: "No representan a la media porque hay muchos gays y lesbianas que viven sin especiales trabas, pero muestran que queda mucho camino por recorrer".

A este local acude un grupo de 20 padres y madres que, tras sufrir crisis de angustia al enterarse de la homosexualidad de sus hijos, intentan aceptarla. "La mayoría son personas de 30 a 50 años que en general no tienen nada en contra de que haya gays y lesbianas, pero siempre que no sea en su familia; muchos temen por el futuro de sus hijos por miedo a que acaben solos y se preguntan con quién andarán, si llevarán una vida muy loca...", añade Ródenas. Algún padre ha llegado a meter a su hijo en terapias psiquiátricas para hacerle cambiar su orientación sexual.

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Otro de los grupos creados en este servicio está formado por padres y madres gays y lesbianas que se reúnen para que sus hijos conozcan otras familias homosexuales.

Al centro se puede acceder directamente o a través del teléfono 900 72 05 69. Las emergencias se atienden en el momento, pero lo habitual es fijar una cita con uno de los trabajadores sociales para que él decida, mediante una entrevista, qué tipo de atención precisa el usuario.

Agresiones

"Entre los casos urgentes tenemos los de homosexuales que han sido agredidos en la calle o por su pareja y también los de jóvenes a los que sus padres les han echado de casa", añade el coordinador de este centro, que recibe una subvención anual de 198.333 euros de la Consejería de Servicios Sociales.

En el programa de atención jurídica se tramitan desde demandas por despidos y acosos laborales motivados por la orientación sexual del trabajador a dudas sobre cómo nombrar heredera a la pareja del mismo sexo. "El desconocimiento es tan grande que hay personas que nos preguntan a ver cómo pueden casarse con su novio extranjero para regularizar su situación en España y les tenemos que decir que aquí no está permitido el matrimonio homosexual", matiza Ródenas.

De la Mora destaca que, a través de su tarea diaria, ha observado aspectos poco conocidos de la inmigración. "Además de por razones económicas, hay personas de otros países que vienen a España para vivir su homosexualidad sin sufrir represión; ése es el caso de numerosos transexuales ecuatorianos afincados en Madrid", concluye esta trabajadora social.

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