Reportaje:

La protección del carroñero

Un estudio busca en Navarra aplicaciones antibióticas basadas en el sistema inmunológico del buitre

El Instituto de Agrobiotecnología y Recursos Naturales, del CSIC, la Universidad Pública de Navarra y el Gobierno foral han iniciado una peculiar investigación para lograr aplicaciones antibióticas basadas en el sistema inmunológico del buitre leonado, una de cuyas principales colonias de todo el mundo, con unos 6.000 ejemplares, se encuentra en Navarra.

El químico cordobés José Manuel Pérez de la Lastra es el responsable de hallar respuesta a la pregunta que originó la investigación: ¿por qué si los buitres comen carroña apenas enferman?

El primer paso de la investigación, inici...

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El Instituto de Agrobiotecnología y Recursos Naturales, del CSIC, la Universidad Pública de Navarra y el Gobierno foral han iniciado una peculiar investigación para lograr aplicaciones antibióticas basadas en el sistema inmunológico del buitre leonado, una de cuyas principales colonias de todo el mundo, con unos 6.000 ejemplares, se encuentra en Navarra.

El químico cordobés José Manuel Pérez de la Lastra es el responsable de hallar respuesta a la pregunta que originó la investigación: ¿por qué si los buitres comen carroña apenas enferman?

El primer paso de la investigación, iniciada en agosto, fue estudiar los receptores del buitre, la primera línea de su defensa inmunológica, células especializadas en reconocer a los agentes infecciosos y liberar, en contacto con los agentes patógenos, las sustancias protectoras.

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El interés de la investigación se centra, además de en definir los receptores innatos de la especie, en conocer si existe un receptor específico para cada patógeno. El que se haya elegido por vez primera un ave carroñera y se vaya a estudiar su potente sistema inmunológico desde su origen, el comportamiento de los receptores ante agentes infecciosos, aumenta la singularidad de la iniciativa.

La esperanza del investigador es descubrir qué mecanismo dota al buitre de mayor inmunidad ante las infecciones y luego intentar trasladar los resultados a la lucha contra las enfermedades infecciosas del hombre.

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Pérez de la Lastra trabaja en colaboración directa con el Centro de Recuperación de Fauna de Ilundain, dependiente del Gobierno foral, que atiende a buitres heridos o enfermos. Agosto es el mes en que recibe más animales debido a que los ejemplares jóvenes nacidos en enero caen de los nidos cuando aún son incapaces de alimentarse por sí solos. Una vez por semana, el investigador se desplaza a Ilundáin y obtiene muestras de sangre de los animales, hasta el momento de diez individuos, antes de que los técnicos de Medio Ambiente los envíen a Sicilia (Italia) y Alcoi (Valencia) para completar programas de reintroducción de la especie.

Con las muestras de sangre se estudiará el funcionamiento del sistema inmunológico de los buitres y permitirán comparar el comportamiento de los agentes infecciosos ante distintos receptores.

La investigación sigue la línea de dos estudios internacionales que se realizan sobre el dragón de Komodo y el cocodrilo de Nueva Guinea. Ambos se limitan a encontrar en su sangre las sustancias que les protegen de las infecciones, pero no se adentran en el origen de su producción. El dragón de Kómodo es un reptil que habita en la isla indonesia del mismo nombre. Ataca a presas mucho mayores a las que muerde una vez. Huye y regresa varios días después, cuando el animal mordido ha muerto.

Gill Diamond, de la Universidad de New Jersey, responsable del estudio, halló en la saliva de este animal más de 50 especies de bacterias infecciosas. Al estudiar su sangre, descubrió dos sustancias de gran poder antibiótico. Este estudio se encuentra en su fase final y la misma línea de investigación se ha establecido con el cocodrilo de Nueva Guinea.

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