Alemania contrae su economía un 0,6% en un año y se empantana en la recesión

El canciller Schröder y los expertos vaticinan una leve reactivación en los próximos meses

Alemania sigue sumida en una leve recesión, según la Oficina Federal de Estadísticas, que ayer situó en un 0,1% la contracción de la actividad en el segundo trimestre frente al trimestre anterior, y en un 0,6% en comparación a los mismos meses de 2002. El dato, anticipado por los expertos, se explica por la caída de las exportaciones, que la "leve mejora" de la demanda interna no ha compensado. Sin embargo, los expertos se muestran bastante optimistas sobre las posibilidades de que la mayor economía de la zona euro haya tocado fondo y se acerque ya a una lenta reactivación.

Los analista...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Alemania sigue sumida en una leve recesión, según la Oficina Federal de Estadísticas, que ayer situó en un 0,1% la contracción de la actividad en el segundo trimestre frente al trimestre anterior, y en un 0,6% en comparación a los mismos meses de 2002. El dato, anticipado por los expertos, se explica por la caída de las exportaciones, que la "leve mejora" de la demanda interna no ha compensado. Sin embargo, los expertos se muestran bastante optimistas sobre las posibilidades de que la mayor economía de la zona euro haya tocado fondo y se acerque ya a una lenta reactivación.

Más información

Los analistas habían anticipado lo ocurrido, una semana después de que Italia haya entrado en recesión, vista la apreciación del euro, la guerra en Irak y la neumonía asiática. El pasado lunes, trascendió que las exportaciones cayeron un 4,1% en junio, lo que ha repercutido negativamente en la producción y en los pedidos industriales, en una economía muy dependiente de la venta al exterior. En sus reacciones, el canciller Gerhard Schröder y su ministro de Economía, Wolfgang Clement, intentaron evitar la palabra "recesión" y hablaron de "continuado estancamiento".

Sin embargo, técnicamente la recesión se define como una contracción económica durante al menos dos trimestres seguidos. Es el caso de Alemania, donde la actividad ya había cedido un 0,03% en los últimos tres meses de 2002, y un 0,2% en los primeros tres meses de 2003.

La cautela del Gobierno encontró la comprensión de algunos observadores: "Entiendo esta reacción. También hay que ver que una verdadera recesión es harina de otro costal. Dejémoslo en recesión técnica", señaló a este diario Ulrich Beckmann, analista del Deutsche Bank.

Los matices semánticos son importantes en una situación de actividad bajo mínimos, con un futuro que se perfila algo mejor. Clement enumeró varios indicadores que apuntan hacia la reactivación: la tercera subida consecutiva del índice de confianza empresarial Ifo en julio, la continuada mejora de las encuestas entre operadores financieros y consumidores y las más optimistas previsiones de los responsables de adquisiciones en las empresas.

Todos ellos confían en que factores como la recuperación de la Bolsa, la reactivación de la economía internacional, las bajadas de tipos del BCE, el adelanto de la reforma fiscal y las reformas de Schröder saquen a flote a Alemania. También Clement cree en la reactivación aunque, curtido en pasados desencantos, es prudente: "No caerá maná del cielo, pero la situación podría mejorar en el segundo semestre".

Pura psicología, que no es de menospreciar: "Sin esta mejora anímica, es imposible una reactivación", recuerda Ulla Lahl, analista del banco IBJ. Los expertos prevén que la economía alemana crecerá casi imperceptiblemente en el tercer y cuarto trimestre, y no lo hará en absoluto en el presente ejercicio. En 2004 se podría acelerar por encima del 1,5%. "Depende de cómo se pongan en marcha las reformas", señala Gustav Adolf Horn, del instituto DIW.

El canciller Gerhard Schröder, durante la presentación de su paquete de reformas, el pasado miércoles.ASSOCIATED PRESS

Archivado En