Arde Cataluña

Críticas vecinales al mantenimiento del parque natural de la Diputación

Las peores previsiones se hicieron realidad ayer por la tarde y los dos incendios que ardían desde el fin de semana en la zona de Sant Llorenç Savall (Vallès Occidental) se unieron en uno solo hasta formar una lengua de fuego de más de 10 kilómetros. Lo que a primera hora de la mañana parecía un incendio en fase de control, al cierre de esta edición se había convertido en una inmensa masa de fuego que mantenía desbordados a los bomberos, aunque hacia la noche se abría una brizna de optimismo. Decenas de masías fueron desalojadas para evitar sumar más víctimas a los cinco fallecidos del pasado ...

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Las peores previsiones se hicieron realidad ayer por la tarde y los dos incendios que ardían desde el fin de semana en la zona de Sant Llorenç Savall (Vallès Occidental) se unieron en uno solo hasta formar una lengua de fuego de más de 10 kilómetros. Lo que a primera hora de la mañana parecía un incendio en fase de control, al cierre de esta edición se había convertido en una inmensa masa de fuego que mantenía desbordados a los bomberos, aunque hacia la noche se abría una brizna de optimismo. Decenas de masías fueron desalojadas para evitar sumar más víctimas a los cinco fallecidos del pasado domingo.

Un calor abrasante, una humedad prácticamente inexistente y el viento que comenzó a soplar a media tarde dieron al traste con las previsiones que habían efectuado por la mañana los equipos de emergencia, que confiaban en controlar el fuego durante el día de ayer. A falta de una evaluación exhaustiva, las hectáreas quemadas por los incendios ya superan las 5.000, y a última hora de ayer nadie se atrevía a pronosticar qué depararía la noche.

El viento que empezó a soplar a media tarde avivó de nuevo el fuego, que parecía dominado
A los 1.000 desalojados de los últimos días se añadieron ayer vecinos de Monistrol de Calders, Gallifa y Granera
Jordi Pujol y Pasqual Maragall interrumpieron las vacaciones para visitar las zonas afectadas
Los dos incendios de Barcelona se unen en un solo frente, que avanza descontrolado
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Durante este verano el parque natural de Sant Llorenç ha sufrido otros cinco incendios

A los 1.000 vecinos desalojados en los últimos tres días se les sumaron ayer varias decenas más en los núcleos de Monistrol de Calders, Gallifa y Granera, que el fuego atravesó a toda velocidad alentado por el viento del sur. Justo en el peor momento, los bomberos tuvieron dificultades adicionales: se declararon otros tres incendios de pequeñas dimensiones en Barcelona, Girona y Lleida, a los que se tuvieron que destinar algunos de los efectivos que trabajaban inicialmente en el gran frente de Sant Llorenç Savall. "Es algo que podía pasar y, efectivamente, está pasando", afirmó un compungido conseller en cap, Artur Mas.

Vacaciones interrumpidas

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el presidente del PSC, Pasqual Maragall, y el de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Joan Saura, interrumpieron sus vacaciones y se desplazaron a Sant Llorenç Savall para conocer la situación de primera mano.

El número de hectáreas quemadas en Cataluña está todavía muy lejos del negro verano de 1994 -76.000-, pero la situación se vive con especial angustia tras la muerte de cinco personas y la sensación de que por ahora el fuego avanza sin control.

Los bomberos no dan abasto. Desde el monte, los voluntarios, ennegrecidos y casi asfixiados por el humo y el calor, hablaban de escenas de pavor, con lenguas de fuego "saltando de árbol en árbol", atravesando caminos e incluso saltando por encima de los vehículos de los bomberos. "Es un infierno, los bomberos no saben qué hacer", aseguraba Roberto Rembado, un voluntario que ayer estuvo en la primera línea del fuego mientras ayudaba a los bomberos profesionales.

La lucha contra el fuego se vivió con especial intensidad en los pueblos donde las llamas volvieron a amenazar el mismo casco urbano.

Fue el caso de Sant Llorenç Savall, donde a primera hora de la mañana la Guardia Civil volvió a desalojar a los vecinos de la parte más elevada del pueblo ante el intenso humo que se estaba acercando. Algo similar, aunque con tintes aún más dramáticos, lo vivieron los habitantes de la urbanización Can Solà, de Monistrol de Calders (Bages), donde las llamas amenazaban en llegar a última hora de la tarde. Otras zonas que por la mañana parecían a salvo de las llamas también fueron desalojadas a media tarde, cuando el viento volvió a destrozar las previsiones y las llamas rompieron el perímetro de seguridad.

Críticas del PP

Con el fuego aún avanzando sin control, el PP criticó con dureza la gestión sobre el parque natural de Sant Llorenç del Munt por parte de la Diputación de Barcelona, presidida por el socialista José Montilla. "Las denuncias de los alcaldes y vecinos del parque indican graves deficiencias en el modelo de gestión de este espacio natural y ponen de manifiesto la insuficiencia de los recursos destinados por la Diputación en la prevención de los incendios en los espacios naturales que gestiona", afirmó Xavier García Albiol, presidente del grupo popular en la Diputación.

El máximo líder del PP, Josep Piqué, no se acercó ayer a la zona afectada, ni tampoco ninguno de sus principales lugartenientes, aunque sí acudió la presidenta provincial, Dolors Montserrat. Pero el partido se hizo eco del malestar de algunos vecinos con la Diputación, a la que acusan de desatender la limpieza del bosque y de impedir algunos proyectos por exceso de celo proteccionista con el parque natural. Todos los demás partidos coincidieron en que ahora la única prioridad es apagar el fuego.

El coordinador del Área de Espacios Naturales de la Diputación de Barcelona, Martí Domènech, mostró su desacuerdo con las críticas de que la falta de limpieza del bosque o la escasez de caminos dentro del parque habrían contribuido a la propagación de las llamas, informa Clara Blanchar. Domènech explicó, además, que sólo una cuarta parte de la superficie quemada corresponde al parque natural y que precisamente fuera de éste, donde existe un mayor número de accesos, fue donde el fuego avanzó con más virulencia.

"El problema no es de balsas, de caminos, ni de limpieza del sotobosque, sino de viento cambiante en una orografía complicadísima", concluyó Domènech y recordó que durante este verano el parque natural de Sant Llorenç del Munt ha sufrido otros cinco incendios de consecuencias mucho menores.

La investigación aún no ha dilucidado las causas del fuego, que empezó alrededor de las 16.45 horas del domingo junto a la masía Els Rossinyols, en el valle de Horta. Joaquim Herrero y su hija Elena dormían la siesta cuando oyeron el crepitar de los primeros árboles ardiendo, al lado del camino. Ambos subrayaron ayer que el camino estuvo cerrado todo el día y que no oyeron pasar ningún coche ni persona alguna antes de que empezara el incendio. Ambos se mostraban ayer muy críticos con los gestores del parque natural y con la Diputación de Barcelona.

Una silla de una de las masías desalojadas en los alrededores de Sant Llorenç Savall, ayer.VICENS GIMÉNEZ

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