Tribuna:

¿Turismo carcelario?

Según concluye el informe del Turismo en la Comunidad Valenciana (2002), el turismo rural o de interior está experimentando un crecimiento significativo en la oferta de alojamiento, en consonancia con las actuaciones realizadas por l'Agència Valenciana del Turisme en la adecuación y puesta en valor de los recursos turísticos de interior. Un ejemplo ilustrativo del impulso que desde la Generalitat Valenciana se pretende dar a esta modalidad es el plan de turismo rural de la Comunidad Valenciana Espai Rural (2003-2006) en el que está previsto destinar más de 150 millones de euros. Este pr...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Según concluye el informe del Turismo en la Comunidad Valenciana (2002), el turismo rural o de interior está experimentando un crecimiento significativo en la oferta de alojamiento, en consonancia con las actuaciones realizadas por l'Agència Valenciana del Turisme en la adecuación y puesta en valor de los recursos turísticos de interior. Un ejemplo ilustrativo del impulso que desde la Generalitat Valenciana se pretende dar a esta modalidad es el plan de turismo rural de la Comunidad Valenciana Espai Rural (2003-2006) en el que está previsto destinar más de 150 millones de euros. Este programa considera que el turismo rural es un valor en alza, a la vez que un producto joven y reciente por el que hay que apostar y crecer sobre los principios de desarrollo integral y sostenible.

Dentro de la Comunidad Valenciana, este tipo de turismo ha arraigado especialmente en la zona interior de la provincia de Castellón que oferta 1.724 plazas en casas rurales, seguido de la de Valencia con 992 y la de Alicante con 817. Por otra parte, en cuanto a la demanda turística, el volumen de pernoctaciones en hoteles y hostales del interior de Castellón durante el 2002 aumentó un 10% con respecto al 2001. Asimismo, por lo que respecta a los índices de ocupación hotelera, aproximadamente durante el año 2002 se produjo un retroceso en las provincias de Valencia (-5%) y Alicante (-6%); por el contrario, la tendencia es positiva en la provincia de Castellón, tanto en la zona de litoral (2,4%) como del interior (3,7%). Todos estos datos, extraídos de Turismo en la Comunidad Valenciana (2002), avalan la importancia que la actividad turística está desempeñando en las comarcas interiores de la provincia de Castellón.

Esta evidencia se constata especialmente en la demarcación del Maestrat-Els Ports con 1.200 plazas ofertadas en casas rurales, concentrando el 34% de la oferta turística de la Comunidad Valenciana, de las cuáles 595 se incluyen en la comarca de l'Alt Maestrat, 428 en la dels Ports y 177 en la del Baix Maestrat. En este territorio sobresalen municipios como los de Albocàsser, Benassal, Catí, Morella o Sant Mateu declarados como "turísticos" en base a la Ley 3/1998 de Turismo. Así pues, parece ser que esta zona ejerce un gran atractivo turístico para las personas de la costa y de grandes ciudades que quieren convivir con valores como los de la sociabilidad, seguridad y sosiego propios de esta zona y contrapuestos a los del stres e inseguridad que imperan en las grandes urbes. Tal y como se indica en el informe, las cinco principales motivaciones por las que los turistas deciden visitar la Comunidad Valenciana son, por orden de importancia, la playa, el clima, tranquilidad del lugar, el ocio y los atractivos culturales, históricos y monumentales. Si eliminamos las dos primeras por estar ligadas al turismo de "sol y playa", específico de municipios de litoral, se comprueba la importancia de la seguridad y sosiego de los municipios de interior.

En este sentido, experiencias recientes confirman que uno de los principios fundamentales que guía las decisiones de las personas a la hora de elegir un destino turístico de interior es el de la seguridad. Todos hemos observado cómo ante cualquier atisbo de inseguridad surgido en zonas del este de Europa o del arco mediterráneo se producía un desvío de los turistas de estas zonas, percibidas como problemáticas, hacia otros destinos. El número de turistas descendía substancialmente, llegando en algunos lugares a desaparecer por completo. Este análisis es extrapolable al caso que nos ocupa.

En Albocàsser se prevé construir para el año 2004 una cárcel de considerable tamaño, con una capacidad de 2.000 presos y que ocupará aproximadamente unas 35 hectáreas de terreno. Como es imaginable el impacto de este centro penitenciario en esta comarca será enorme. Una de las consecuencias de la culminación de este proyecto será la bolsa de inseguridad y marginalidad que previsiblemente se creará a su alrededor a medio y largo plazo de funcionamiento. Un ejemplo de estos efectos negativos, sobre todo pequeños hurtos, reyertas y tráfico de drogas, se observa en las inmediaciones de cualquier cárcel. Es más, estos efectos perniciosos se verán agravados en este caso debido a la desproporción existente entre la dimensión de la cárcel y las localidades entre las que se ubicará. El número de internos de la cárcel llega a duplicar el de habitantes de la mayoría de las localidades de alrededor.

Ante esta coyuntura cabe plantearse si el turismo rural en la comarca del Maestrat-Ports y la cárcel son compatibles. Sin reservas, la respuesta es NO. Cualquier turista preferirá pasar unos días de descanso en otras zonas que sí le proporcionen y satisfagan sus necesidades básicas: la seguridad y tranquilidad. Todos los esfuerzos e inversiones realizados en el pasado por organismos públicos y privados para potenciar el turismo habrán caído en saco roto. Es más, posiblemente, las inversiones públicas futuras dentro de la partida de turismo rural se desvíen a otras zonas en las que siga prevaleciendo la característica de la seguridad y sociabilidad de las gentes. Se destruye, pues, todo un modelo prometedor de desarrollo socioeconómico. No se hubiese podido elegir un enclave más ideal, siendo la zona que mayor número de establecimientos rurales posee y la que ha experimentado el mayor crecimiento interanual de demanda turística (índice de ocupación hotelera) en 2002.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En definitiva, el modelo turístico actual, auspiciado por la Agència Valenciana del Turisme y la Ley del Turismo, es rigurosamente opuesto al que se manifestará con la construcción de una cárcel en Albocàsser. El "turismo carcelario" sustituirá al turismo rural ya que el tipo de visitante variará en esta zona. Los nuevos turistas serán los internos del centro penitenciario durante sus permisos y los conocidos de éstos durante los días de visita. Estos nuevos turistas tendrán necesidades distintas. La motivación principal de su estancia no será la seguridad y tranquilidad. Igualmente, las características de estos nuevos turistas (poder adquisitivo, estilo de vida, etc...) tampoco serán las mismas. De este cambio tan abrupto deben ser todos conscientes, tanto los organismos públicos como los propios habitantes de esta comarca. Ellos tienen la última palabra.

Vicente Roca Puig es profesor y coordinador de prácticas en Turismo de la Universitat Jaume I.

Archivado En