"En alguna ocasión llegué a considerar si merecía la pena seguir"

Hace 48 días que el dirigente socialista Rafael Simancas, de 37 años, sufrió el golpe más duro de su carrera política. Dos de los diputados que le acompañaban en su candidatura (Eduardo Tamayo, número 13 de la lista, y María Teresa Sáez, número 46) le plantaron en el pleno de constitución de la Asamblea y dejaron a la izquierda sin el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Ahora reflexiona sobre lo ocurrido:

"En las últimas semanas he sentido a la vez indignación, pesar y, sobre todo, determinación. Indignación porque es evidente que lo sucedido el día 10 forma parte de una trama destinada...

Hace 48 días que el dirigente socialista Rafael Simancas, de 37 años, sufrió el golpe más duro de su carrera política. Dos de los diputados que le acompañaban en su candidatura (Eduardo Tamayo, número 13 de la lista, y María Teresa Sáez, número 46) le plantaron en el pleno de constitución de la Asamblea y dejaron a la izquierda sin el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Ahora reflexiona sobre lo ocurrido:

"En las últimas semanas he sentido a la vez indignación, pesar y, sobre todo, determinación. Indignación porque es evidente que lo sucedido el día 10 forma parte de una trama destinada a robar un Gobierno legítimo. Una trama premeditada, con su planificación y sus coartadas. Las fotografías de Teresa Sáez junto a Zapatero y junto a mí en la celebración del triunfo del 25-M son buena prueba de ello. Pesar porque esta trama ha cumplido en parte su objetivo de causar daño al PSOE en Madrid. Y esto resulta especialmente doloroso para mí. Durante los últimos tres años hemos trabajado muy duro para superar dificultades históricas, hemos logrado una cohesión interna importante, unas buenas relaciones con la dirección federal... ¡Habíamos conseguido más del 40% de los votos! Hacía 20 años que el PSOE no lograba este porcentaje en Madrid. Obtuvimos el tercer mejor resultado autonómico del PSOE, tras Castilla-La Mancha y Extremadura. Durante los últimos días he escuchado algunas opiniones respetables de los compañeros del PSC en Cataluña. Pues bien, los socialistas de Madrid obtenemos mejores resultados que ellos. Tras todo este esfuerzo, este golpe resulta doloroso e injusto. Pero el sentimiento que prevalece sobre todos es el de la determinación, para que no se salgan con la suya quienes han tramado esta operación contra el PSOE, contra la democracia y contra los ciudadanos de Madrid. Los madrileños han votado un Gobierno de progreso. Y lo van a tener. Si hemos de ir a unas nuevas elecciones, lo haremos, y si tenemos que volver a ganarlas, las volveremos a ganar. Vamos a dar la batalla para que los cheques no se impongan sobre los votos".

"Tomo conciencia de los auténticos motivos que explican la fuga de Tamayo y Sáez cuando escucho al primero en los medios de comunicación. ¿Cuáles son sus argumentos? ¿La radicalidad del PSOE? ¿Su preocupación por los conciertos educativos? ¿Los acuerdos con Izquierda Unida? Son argumentos increíbles. El PSOE es un partido moderado, en Madrid y en España. La política de alianzas y el programa electoral se habían aprobado por unanimidad y nunca Tamayo ni Sáez los habían cuestionado. ¡Todo el mundo sabía que si no obteníamos mayoría suficiente intentaríamos un acuerdo razonable con IU! Nunca se cuestionó. Estas acusaciones sólo las había escuchado hasta ahora de la boca de Aznar, Arenas y Aguirre. Los motivos tenían que ser otros".

"Escondieron y camuflaron perfectamente sus planes. Recuerdo que Teresa Sáez estaba a menudo en los actos electorales y las celebraciones del partido y siempre procuraba acercarse a los dirigentes máximos. Recuerdo haber hablado con ella en la misma mañana del día 10, justo tras la reunión del Grupo Parlamentario en la que tanto Sáez como Tamayo escucharon sin manifestar ninguna discrepancia los criterios de la dirección sobre las negociaciones con IU. Me la encontré en el pasillo y la saludé: 'Maite, ¿qué tal estás?' Me respondió con un tópico que no recuerdo, pero en tono simpático. Desde luego, nada podía sospechar yo sobre la fechoría que estaban a punto de llevar a cabo".

"No se me informó de la reunión que José Blanco [secretario de Organización del PSOE] había mantenido con Tamayo la noche anterior porque entiendo que Blanco no le dio importancia. Cuando conozco la ausencia de los dos diputados mi primera reacción es de asombro e incredulidad. No entiendo qué está ocurriendo. ¿Se han equivocado de hora? ¿Han salido a tomar un café y se les ha hecho tarde? Intenté llamar a Tamayo con el móvil pero no cogía el teléfono. Pedí a Antonio Romero [secretario de Organización de la FSM], que estaba en la tribuna de invitados, que los buscara. No los encontró. En primera instancia no tengo razones para explicar lo ocurrido. Por eso, cuando pasó un tiempo significativo, me acerqué a los escaños del PP y le dije a Esperanza Aguirre: 'Mis disculpas. Nos faltan dos diputados. No se por qué. En estos momentos tenéis la mayoría'. Me disculpé ingenuamente porque ni conocía ni podía aún intuir las razones de la ausencia de Tamayo y Sáez. Horas después, cuando escuché las declaraciones de los fugados tomé conciencia de que mentían para ocultar las verdaderas motivaciones de su actuación: la corrupción".

"Yo esperaba que el Partido Popular reaccionara ante esta situación anómala e imprevista con una actitud razonable. Una actitud equiparable, por ejemplo, a la mantenida por el PSC recientemente en el Parlamento catalán, cuando hicieron salir a una diputada socialista para no obtener ventaja por la ausencia de una diputada convergente enferma. Sentí asombro y decepción al comprobar que Esperanza Aguirre y el PP estaban absolutamente dispuestos a aprovecharse ilegítimamente de una mayoría contraria a la que los ciudadanos habían votado. Nosotros no lo hubiéramos hecho. Me producían asombro y decepción también los gestos de alegría y celebración de Aguirre. Alguien me comentó entonces que Alberto López Viejo, diputado del PP, exclamaba: '¡Quien quiera poder que se acerque a mí!'.

"Aguirre me ha decepcionado profundamente, no tanto en sus planteamientos políticos como en sus comportamientos personales. Ya conocía su extracción social y sus ideas profundamente conservadoras, pero su comportamiento personal en esta etapa de crisis ha sido muy decepcionante: ha procurado obtener ventaja del comportamiento ilegítimo de los tránsfugas, ha manipulado la realidad, ha mentido, ha insultado, me ha llegado a comparar con un ministro de Hitler... Creo que no supo digerir la derrota del 25 de mayo. Su partido perdió más de cinco puntos con ella como candidata y no supo asumirlo. Perdió frente a un candidato joven y nuevo y no supo encajarlo. Perdió mientras Gallardón ganaba y no pudo soportarlo. Tardó casi una semana en admitir la derrota. Creo que hizo el ridículo".

"La versión dramática que ahora ofrece Tamayo sobre la vida interna del PSOE es tan falsa como el resto de sus coartadas. Nunca tuve conocimiento de grandes desavenencias insuperables entre Tamayo y otros dirigentes del partido. La denuncia de que fue objeto era muy puntual y se resolvió rápidamente a su favor, tras la resolución de la Comisión del Estatuto del Diputado en la Asamblea de Madrid, con la abstención, por cierto, del PP. Nunca le escuché discrepar sobre la estrategia del partido, sobre los programas o los discursos, sobre la política de alianzas o los conciertos educativos. Todas estas discrepancias las ha descubierto súbitamente tras su traición".

"Hoy existe una gran unidad y cohesión en torno a la estrategia que llevan a cabo las direcciones regional y federal. Las informaciones sobre supuestas desavenencias forman parte habitual del paisaje en un contexto de conflicto político. El PP y sus aliados mediáticos acuden a cualquier instrumento, incluyendo la manipulación de los medios públicos, la falsedad y la tergiversación para intentar deteriorar la imagen del PSOE".

"En estos momentos yo debería ser presidente de la Comunidad de Madrid. Tenía preparado el programa de Gobierno, tenía preparados los equipos, tenía preparado hasta el discurso de investidura. Me habían presentado ya a mis secretarias en la Puerta del Sol. Y ahora, colocan a la víctima en el centro de la diana. Desde algunos medios se lleva a cabo una investigación hasta extremos sorprendentes. Han acudido al pueblo del que son originarios mis padres, a la localidad donde descanso en verano para comprobar si tengo propiedades. Sólo tengo las propiedades que he descrito públicamente en rueda de prensa. Creo que aún soy el único candidato que ha repartido a los medios de comunicación declaraciones de la renta, escrituras de propiedades, la documentación del coche. Por cierto, ya le he comprado una Play Station nueva a mi hijo. Me molesta que se publiquen y se comenten falsedades. Se ha dicho: 'Simancas se ha construido dos chalets'.Yo no me he construido ningún chalet. Mi mujer y yo hemos comprado una vivienda, como todas las personas que tienen la suerte de poder pagarla. Se trata de un pareado que nos ha costado algo más de 28 millones de pesetas, con 18 millones de hipoteca, después de vender un piso que teníamos en Fuenlabrada. Antes que esto, intentamos comprar un pareado en Boadilla, a través de una comunidad de propietarios. No salió bien, y desde hace cinco años tenemos cuatro millones y medio de pesetas invertidos ahí. Me duelen las mentiras que se cuentan sobre mí, sobre todo porque las leen y las escuchan en mi familia, entre mis amigos. ¿Todo esto me ha llevado a considerar en alguna ocasión si merece la pena seguir? Para ser sincero, sí. En alguna ocasión me he preguntado si merece la pena pagar todo este coste personal para mí y para mi familia. Y he llegado a la conclusión de que finalmente la gente que en esta Comunidad ha apostado y ha votado por un Gobierno decente merece la pena. Y si han confiado en mí para liderar este proyecto, yo cumpliré honrado ese compromiso, a pesar del coste personal que pueda suponer este cúmulo de falsedades e insidias que se vierten cada día. Y que pueden seguir...

El candidato socialista también reflexiona sobre sus intervenciones públicas durante todos estos días. Y reconoce errores en alguno de sus discursos.

"No debí plantear el símil sobre la violación. La intención era clara: en una agresión, el responsable es el agresor y no la víctima. Pero el símil no era afortunado. Estoy preocupado, sobre todo, por el deterioro que se ha producido en el prestigio de las instituciones y en la credibilidad de la actividad política ante los ciudadanos, especialmente entre los jóvenes que acudieron a votar por primera vez con mucha ilusión el 25 de mayo. Tras revisar algunas imágenes y transcripciones de los últimos debates, reconozco que hubiera preferido un tono más pedagógico y constructivo. Pero los ciudadanos deben entender que lo sucedido ha sido extraordinariamente grave: se ha robado un Gobierno. Y el PP usó desde el primer momento un estilo agresivo y bronco. Me llegaron a comparar con un ministro de Hitler. Los ciudadanos deben saber que estamos dispuestos a responder a las agresiones de la derecha con firmeza y determinación. Y trabajaré a partir de ahora con determinación para que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones democráticas y en la actividad publica.

"El PP está manipulando de forma ilegítima, incluso grosera, a la Fiscalía General del Estado para que no se produzca la investigación de la trama de Madrid. Tanta dilación, puede que premeditada dilación, ha podido causar ya daños irreparables sobre las posibilidades de éxito de la investigación. Se han podido destruir pruebas y se han podido concertar testimonios que pueden frustrar la investigación. Creo que el Fiscal General del Estado y quienes le han podido estar dictando sus resoluciones actúan al borde de la prevaricación".

"El propio día 10 hablé con José Luis Rodríguez Zapatero desde el Parlamento, y después comimos juntos para analizar la situación y tomar las primeras decisiones. Los dos coincidimos en la gravedad de la actuación de Tamayo y Sáez y en la falta de credibilidad de sus manifestaciones públicas. Esa misma tarde, tras una reunión de la dirección regional del Partido se procede a la expulsión de los dos traidores por haber facilitado la elección de una Presidenta del PP en la Asamblea de Madrid contra la voluntad de los ciudadanos. Desde el mismo día 10, Zapatero y yo mantenemos un contacto cotidiano. Los análisis, las estrategias y las decisiones se adoptan de forma conjunta y coordinada. Valoro y agradezco la confianza que están depositando en mí el propio José Luis, la dirección federal, mis compañeros secretarios generales de otras federaciones y, especialmente, los militantes del partido en mi comunidad".