El RACC critica la seguridad de las rondas y la calle de Aragó

La seguridad en las rondas es deficiente, la señalación puede mejorar y la calle de Aragó es muy ruidosa. Éstas son algunas de las conclusiones del informe encargado por el RACC a una empresa especializada. El Ayuntamiento de Barcelona emitió una nota en defensa de la seguridad de las rondas. El problema principal de la ronda de Dalt es su falta de arcén y, cuando lo hay, es escasamente practicable, asegura el estudio. Entre los kilómetros 11,5 y 13, hay una valla metálica que dificulta los movimientos de quien pueda quedar allí atrapado. El municipio sostiene que la valla está justificada por...

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La seguridad en las rondas es deficiente, la señalación puede mejorar y la calle de Aragó es muy ruidosa. Éstas son algunas de las conclusiones del informe encargado por el RACC a una empresa especializada. El Ayuntamiento de Barcelona emitió una nota en defensa de la seguridad de las rondas. El problema principal de la ronda de Dalt es su falta de arcén y, cuando lo hay, es escasamente practicable, asegura el estudio. Entre los kilómetros 11,5 y 13, hay una valla metálica que dificulta los movimientos de quien pueda quedar allí atrapado. El municipio sostiene que la valla está justificada porque es el único tramo en el que los carriles exteriores e interiores de la ronda coinciden a un mismo nivel.

Los problemas en la ronda Litoral, en cambio, se deben a la escasa iluminación de los túnles, que están sucios y cuyos arcenes, asegura el RACC, "dan miedo" a los conductores. La velocidad media es de 45,1 kilómetros por hora. En la ronda de Dalt se alcanzaron los 75 kilómetros. Las rondas soportan un tráfico diario superior a los 75.000 vehículos y son una única vía, pero, por motivos administrativos, tienen hasta cinco denominaciones. A los dos nombres de las rondas se añaden el de Nacional II, C-32 e incluso A-16 en algún punto, lo que no ayuda a la orientación de los conductores que no conozcan que Besòs equivale a norte y Llobregat, a sur.

Por Aragó pasan cada día 58.000 vehículos. Su primer problema es el ruido, pese a que haya sido recientemente cubierta de asfalto sonorreductor. A las 13.00 horas, en los cruces de Muntaner y paseo de Gràcia, el sonido alcanza los 80 decibelios y a las 18.00 cae a 76,79 decibelios. En el tramo analizado (Nápoles-Casanova), los conductores son disciplinados porque hay semáforos con sistema fotográfico.

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