AL VOLANTE | PRUEBA

Diseño muy versátil

El Pluriel ofrece muchas ventajas de los utilitarios y permite variar la configuración externa en un momento. Esta versatilidad potencia su carácter lúdico para disfrutar las virtudes de los descapotables con unos precios más asequibles de lo habitual.

El motor 1.6 16v. es el más potente y apropiado de la gama. Tiene 110 CV y sólo se vende con un cambio secuencial Sensodrive de cinco marchas que incluye soluciones de la fórmula 1. No lleva pedal de embrague y se puede accionar manualmente con un toque de palanca o usando dos manetas situadas en el volante. Pero también incluye función a...

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El Pluriel ofrece muchas ventajas de los utilitarios y permite variar la configuración externa en un momento. Esta versatilidad potencia su carácter lúdico para disfrutar las virtudes de los descapotables con unos precios más asequibles de lo habitual.

Cambio secuencial sin embrague

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El motor 1.6 16v. es el más potente y apropiado de la gama. Tiene 110 CV y sólo se vende con un cambio secuencial Sensodrive de cinco marchas que incluye soluciones de la fórmula 1. No lleva pedal de embrague y se puede accionar manualmente con un toque de palanca o usando dos manetas situadas en el volante. Pero también incluye función automática: basta pulsar una tecla. La primera solución es ideal para disfrutar en zonas viradas y bajadas porque permite elegir la marcha apropiada. Y el modo automático resulta muy cómodo en ciudad y autopista.

Sin embargo, lo mejor es la versatilidad del conjunto, que no penaliza los consumos y prestaciones, como sucede con los cambios automáticos normales. El Pluriel 1.6 corre de sobra para viajar a buen ritmo (185 km/h.) y sólo acusa un poco el aumento de peso respecto al C3 normal (130 kilos) al acelerar, en las subidas y al adelantar. Pero gasta lo normal: 7 litros en conducción suave, 9 en autopista y alrededor de 10 en ciudad.

De utilitario cerrado a 'spider'

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Lo más innovador del Pluriel es la variabilidad de la carrocería. El mando eléctrico del techo de lona incluye ocho posiciones de apertura y la última deja toda la zona superior abierta. Además se puede plegar la capota en el maletero y bajar todas las ventanillas para sentir las sensaciones de un auténtico descapotable, e incluso quitar los arcos laterales (pesan 12 kilos) para transformarlo en un spider.

Estas operaciones son sencillas, aunque exigen salir del coche y dejar los largueros laterales en casa porque no caben dentro. Citroën ha resuelto el desafío con soluciones ingeniosas y económicas, y el resultado final permite circular siempre con un confort y seguridad aceptables. A ritmos tranquilos e incluso alegres, el Pluriel ofrece un buen comportamiento dinámico y los frenos con ABS paran con seguridad. Las carencias sólo aparecen al aumentar el ritmo: no está pensado para buscar los límites. Así, en pisos bacheados pierde precisión en las curvas, la suspensión trasera se muestra seca y acusa la menor rigidez del chasis respecto a un coche cerrado. Pero aunque la estabilidad no es brillante, tampoco desentona y se defiende en todos los trazados.

El punto más mejorable es la sonoridad aerodinámica, que va en aumento en cuanto se superan los límites legales y acaba molestando. Pero apenas hay turbulencias en el interior cuando se viaja descubierto y sólo aparecen algunos retemblores si se lleva la capota abierta en una posición intermedia. El resto está bien resuelto y no tiene carencias importantes, algo muy meritorio en un descapotable con precios ajustados.

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