Reportaje:CAMPEONATOS DEL MUNDO DE NATACIÓN

Barcelona recupera el aroma del 92

No se ha reparado ni en medios ni en gastos para favorecer la atracción por un campeonato con vocación planetaria y popular

Una piscina flotante en el interior del Palau Sant Jordi, otra con una grada sobre la arena de la playa, cinco sedes, nuevas pruebas como los saltos sincronizados o los ejercicios de rutina libre en sincro, diseño por todos los rincones, desde la mascota hasta las medallas, que serán de agua. Todo está a punto para que Barcelona recupere la atmósfera que la convirtió en el mejor escenario que ha visto el deporte. Los Juegos de 1992 dejaron una huella indeleble en la ciudad, en su gente y en la memoria del deporte. Han pasado once años y Barcelona se prepara para un acontecimiento de pri...

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Una piscina flotante en el interior del Palau Sant Jordi, otra con una grada sobre la arena de la playa, cinco sedes, nuevas pruebas como los saltos sincronizados o los ejercicios de rutina libre en sincro, diseño por todos los rincones, desde la mascota hasta las medallas, que serán de agua. Todo está a punto para que Barcelona recupere la atmósfera que la convirtió en el mejor escenario que ha visto el deporte. Los Juegos de 1992 dejaron una huella indeleble en la ciudad, en su gente y en la memoria del deporte. Han pasado once años y Barcelona se prepara para un acontecimiento de primer orden: esta noche comienzan los Campeonatos del Mundo de natación (20.00, TVE). La ceremonia tendrá la singularidad de celebrarse en el Palau Sant Jordi, donde se ha dispuesto una piscina que es un orgullo de la ingenieria.

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Barcelona no ha reparado ni en medios -cinco escenarios diferentes por vez primera en la historia de los campeonatos- ni en gastos: 20 millones de euros. El objetivo final es favorecer la atracción por un campeonato que tiene una vocación planetaria y popular. En Barcelona se anticipará la natación de los próximos Juegos de Atenas, con protagonistas que tienen un papel indiscutible en la historia del deporte. Son Ian Thorpe, Alexander Popov o Pieter Van den Hoogenband. A ellos se añaden los jóvenes purasangres estadounidenses, caso de Michael Phelps y Nathalie Coughlin. Eso en lo que se refiere a la natación, donde australianos y norteamericanos volverán a dirimir la supremacía mundial.

Será también el Mundial de las excepcionales chinas en los saltos, de las batallas épicas de húngaros, españoles, italiano y yugoslavos en waterpolo, de la fascinante francesa Virginie Denouix en natación sincronizada, donde se encontrará con el empuje de Gemma Mengual y el resto del equipo español. Será, en defintiva, el laboratorio perfecto para el desafío olímpico del próximo año en Atenas. Los antecedentes obligan a pensar en una excelente organización. Han transcurrido once años desde que los Juegos Olímpicos se convirtieron en la pértiga con la que el deporte español y la ciudad tomaron el impulso con el que dieron un salto sideral. El deporte español se hizo un hueco en la élite mundial y la ciudad salió extraordinariamente beneficiada en infraestructuras y en imagen. El estímulo de los Mundiales de natación se ha apreciado en la amplia visión que ha tenido Barcelona del acontecimiento y de las respuestos que ha ofrecido. "Hubiésemos podido organizar unos mundiales en una sola piscina donde se hiciesen todas las competiciones, pero nosotros vendimos la posibilidad de ofrecer un gran espectáculo", afirma Albert Batlle, presidente ejecutivo del Comité Organizador.

Para que todo vaya bien, como sucedió en 1992, deben encajar todas las piezas del rompecabezas. Más de 2.400 deportistas inscritos pertenecientes a 160 países serán escrutados por los 1.300 periodistas acreditados y los 645 millones de audiencia total estimada en las televisiones de los 136 países que retransmitirán las pruebas que se llevarán a cabo a lo largo de los próximos 15 días. La organización mueve a 1.500 personas y contará con 1.200 voluntarios. Y en las tareas de seguridad trabajan desde hace días más de 1.500 agentes de los distintos cuerpos de seguridad.

El carácter festivo del evento se verá reforzado por iniciativas paralelas a las de las pruebas deportivas en sí: parques temáticos sobre natación con actividades abiertas al público, villages que dispondrán de pantallas gigantes, servicios deportivos, espacios para conciertos de todo tipo de música y zonas de ocio junto al Palau Sant Jordi y en la playa de Sant Sebastià. Todo empieza hoy con una ceremonia inaugural en la que el capitán de la selección de waterpolo, Jesús Rollán, será el abanderado de España, y en el que el juramento correrá a cargo de Gemma Mengual y David Meca. El espectáculo correrá a cargo de la compañía teatral Comediants. Hasta en eso, los protagonistas y la atmósfera, serán los del 92.

Un momento del ensayo de la ceremonia de inauguración de los Campeonatos del Mundo de natación, en el Palau Sant Jordi.CARLES RIBAS

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