Taxis y Stones
Fui con unos amigos extranjeros al concierto de los Stones en el estadio olímpico el domingo pasado y al salir quisimos tomar un taxi. Cuál no sería mi sorpresa al observar que al que nos acercamos nos preguntó adónde íbamos y nos propuso un precio, desmesurado, para el trayecto. Le dije que no estaba de acuerdo y que le pagaríamos lo que marcara el taxímetro y nada más. Y entonces se marchó a por, supongo, víctimas más fáciles. Deploro que mi ciudad, tan volcada al turismo, ofrezca esta fea impresión tercermundista a los visitantes....
Fui con unos amigos extranjeros al concierto de los Stones en el estadio olímpico el domingo pasado y al salir quisimos tomar un taxi. Cuál no sería mi sorpresa al observar que al que nos acercamos nos preguntó adónde íbamos y nos propuso un precio, desmesurado, para el trayecto. Le dije que no estaba de acuerdo y que le pagaríamos lo que marcara el taxímetro y nada más. Y entonces se marchó a por, supongo, víctimas más fáciles. Deploro que mi ciudad, tan volcada al turismo, ofrezca esta fea impresión tercermundista a los visitantes.